Los gases de efecto invernadero, especialmente los que se producen cuando se queman combustibles de origen fósil son los principales culpables del calentamiento global que sufre el planeta. Rusia hasta hace muy poco se mostraba reacia a asumir compromisos reales y a mediano plazo en la reducción de dichos GEI.
Sorpresivamente, Putin ha anunciado recientemente un cambio de planes al respecto y dice que el país deberá reducir antes del año 2035 (en poco menos de una década) un 65% de los GEI, tomando como referencia las emisiones que se producían en la nación en 1990.
Reducción de emisiones de gases de efecto invernadero en Rusia
«Con el objetivo de implementar el Acuerdo de París del 12 de diciembre de 2015 por la Federación Rusa, ordeno que para 2035 el Gobierno ruso garantice una reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero al 65-67 % en relación con los niveles de 1990«, dice el texto del documento publicado este miércoles.
El decreto, que entró en vigor este miércoles, especifica que la reducción debe ocurrir considerando la capacidad máxima de absorción posible de los bosques y otros sistemas ecológicos naturales, y sin afectar el desarrollo socioeconómico sostenible y equilibrado del país. Además, incluye un punto sobre el acceso no discriminatorio a equipos y tecnologías necesarios para reducir las emisiones de gases o aumentar su absorción.
En otoño de 2022, después del inicio de la guerra de Ucrania y la imposición de las primeras sanciones occidentales a Rusia, Moscú pidió excluir de las sanciones aquellas tecnologías que favoreciesen la reducción de emisiones contaminantes. El Kremlin a menudo ha defendido que las sanciones son «antirrusas» y, de este modo, «discriminatorias».
El año pasado, el primer ministro ruso, Mijaíl Mishustin, afirmó en la cumbre del clima en Bakú que el calentamiento global no puede ser utilizado como pretexto para la discriminación, competencia desleal y restricciones artificiales. Ese mismo día ya declaró que Rusia había reducido las emisiones de gas invernadero a más de la mitad con respecto a los niveles de 1990. Anteriormente, Putin ordenó alcanzar la neutralidad de carbono para 2060.
El mundo espera que las palabras del presidente ruso se avalen con acciones reales y tangibles, puesto que no es nuevo que haga declaraciones contradictorias respecto a ciertos temas y muchos de los miembros de su gabinete se han declarado abiertamente negacionistas del cambio climático. Si las intenciones son firmes, le hará un gran favor al resto del planeta. EFE / ECOticias.com