El Sistema de Alerta y Respuesta de Metano representa un avance crucial en la lucha contra el cambio climático ya que es una herramienta impulsada por el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA) y la Coalición por el Clima y el Aire Limpio, que utiliza datos satelitales de última generación para detectar fugas y emisiones de metano en tiempo casi real.
Hablamos de un gas de efecto invernadero invisible a simple vista, pero con un potencial de calentamiento más de 80 veces superior al dióxido de carbono en un período de 20 años. Aunque permanece menos tiempo en la atmósfera, su impacto inmediato sobre el clima es mucho más intenso.
A la búsqueda del metano
En noviembre de 2024, Juan José Rivera recibió un inesperado correo electrónico. El mismo le informaba de una fuga de metano, un invisible gas de calentamiento planetario, en un pozo petrolero en la provincia de Chubut, en el sur de Argentina. “Al principio, parecía extraño”, recordó Rivera, secretario de Medio Ambiente y Control del Desarrollo Sostenible de Chubut. “A medida que leía con más atención, encontré muchos detalles sobre la emisión, incluidas las coordenadas e incluso el nombre del posible operador”.
La alerta satelital provenía del Sistema de Alerta y Respuesta de Metano (MARS, por su sigla en inglés), del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA). El mensaje le informaba que la fuga estaba liberando aproximadamente 4,2 toneladas de metano por hora. Rivera actuó rápidamente, informando al operador de la detección. El operador respondió, confirmando que, después de investigar el evento, habían tomado medidas de mitigación. En cuestión de semanas, las imágenes satelitales de MARS confirmaron que la fuga se había detenido.
Las acciones rápidas de Rivera son parte de un aumento reciente en las respuestas a las alertas de MARS. El año pasado la entidad a cargo de MARS, el Observatorio Internacional de Emisiones de Metano (IMEO, por su sigla en inglés), que también forma parte del PNUMA, informó que solo uno de cada 100 destinatarios respondió a las notificaciones de IMEO. Ahora, esa tasa ha aumentado al 10 por ciento.
Si bien existe una necesidad urgente de mejora, esta creciente tasa de respuesta indica que MARS está catalizando acciones concretas de mitigación en todo el mundo, dice Ruth Coutto, directora adjunta de la División de Cambio Climático del PNUMA.
Desde Argentina hasta Kazajstán y Omán, estos casos demuestran cómo los datos procesables pueden conducir a reducciones de metano. Y señalan las importantes ganancias climáticas que son posibles si más gobiernos y empresas aprovechan esta herramienta, enfatiza Coutto.
“Es muy alentador ver que empresas y países comienzan a halar de esta poderosa palanca climática: las emisiones de metano”, recalca. “MARS fue diseñado para facilitar los recortes de metano y el impulso está aumentando. Estamos aquí y estamos preparados para que más países y empresas den un paso adelante y sean parte de este avance”.
MARS ofrece un progreso medible
Ochenta veces más potente que el dióxido de carbono, el metano es un gas de efecto invernadero poderoso, pero de corta duración, pues solo permanece alrededor de una década en la atmósfera. Eso significa que reducir las emisiones de metano puede brindar un alivio climático rápido, ralentizar la tasa de calentamiento global y ganar un tiempo precioso a medida que el mundo se descarboniza.
Las emisiones de metano deben reducirse en al menos un 30 por ciento esta década para alinearse con los compromisos del Acuerdo de París de limitar el calentamiento global a 1,5 °C por encima de niveles preindustriales. Este es el objetivo establecido por los 160 países que respaldan el Compromiso Mundial sobre el Metano, para el cual el IMEO del PNUMA sirve como socio implementador central junto con la Coalición para el Clima y el Aire Limpio (CCAC, por su sigla en inglés), convocada por el PNUMA.
Pero las emisiones de metano siguen siendo obstinadamente altas. MARS puede ayudar a transformar estas promesas en progreso, afirma Coutto. Es el único sistema que combina datos de más de una docena de satélites y envía alertas gratuitas a gobiernos y empresas sobre las principales emisiones de metano. Utilizando los datos de MARS, el PNUMA envía notificaciones a una red creciente de centros de coordinación designados por los gobiernos. IMEO considera recibida una respuesta si los destinatarios contestan con información detallada sobre el evento de emisiones que activó la alerta.
Según Rivera, el punto focal de MARS en Chubut, estas alertas son cruciales para ayudar al gobierno provincial a monitorear las principales emisiones de la industria del petróleo y el gas, en especial porque Chubut carece de sus propias herramientas de medición de metano al presente.
Después de que Rivera le reenvió la alerta de MARS, el operador rastreó la fuga de metano hasta localizarla en un pozo de petróleo, toda una sorpresa pues se ignoraba que la roca subyacente contuviera un depósito de dicho gas. El operador instaló nuevos equipos para capturar las emisiones y evitar futuras fugas. El 8 de enero de 2025, IMEO confirmó que las reparaciones funcionaron: los satélites ya no detectaron fugas en el sitio. Durante el tiempo que IMEO monitoreó la fuga, su impacto climático a corto plazo igualó las emisiones anuales de 25.000 automóviles.
“Dados los esfuerzos realizados por cada actor y el resultado logrado, el sentimiento general es de satisfacción”, dijo Rivera. “Todos entendimos la importancia de controlar estas emisiones y actuamos en consecuencia, cada uno cumpliendo su papel y contribuyendo a reducir el impacto global del cambio climático”.
En Argentina, varias provincias están reaccionando a estas notificaciones, algunas incluso logrando una tasa de respuesta del 100 por ciento. Varios gobiernos provinciales, incluido Chubut, han solicitado el apoyo del PNUMA para desarrollar regulaciones que requieran que las empresas midan e informen sus emisiones de metano. Se espera que se basen en los estándares desarrollados por la Alianza para el Metano del Petróleo y el Gas 2.0 del PNUMA (OGMP 2.0, por su sigla en inglés), un pacto diseñado para garantizar que los datos veraces faciliten la transparencia y la mitigación en todo el sector del petróleo y el gas.
Las asociaciones con el sector privado aceleran las acciones de respuesta
Cuando los operadores de instalaciones con fugas son empresas miembros de OGMP 2.0, IMEO les envía las alertas MARS directamente, además de remitirlas al punto focal del gobierno. Esta línea directa de comunicación puede acelerar la acción climática, lo que a menudo conduce a tiempos de respuesta más rápidos que las alertas comunicadas a través de contactos gubernamentales.
Ese fue el caso en Kazajstán, donde MARS detectó una gran columna de metano que escapaba de un campo petrolero cerca del mar Caspio. El equipo de análisis estimó que el campo emitía alrededor de 6,9 toneladas de metano por hora, similar al impacto climático a corto plazo de 130 automóviles conducidos durante un año. Dado que el campo petrolero estaba relacionado a un miembro de OGMP 2.0, IMEO le envió una notificación en febrero. La fuga fue rastreada hasta una sección desgastada de la tubería, que fue reemplazada. El 7 de abril, las imágenes satelitales confirmaron que la reparación fue exitosa.
Estos casos recientes demuestran la diversidad de la mitigación, arguye Coutto. A veces, las emisiones de metano pueden ser detenidas reemplazando una sección dañada de tubería o instalando nuevos equipos. Otras veces, los operadores han emitido advertencias o han adoptado nuevos protocolos para evitar que las emisiones vuelvan a ocurrir.
En Turkmenistán, por ejemplo, un operador olvidó encender una antorcha de combustión o flaring, proceso que generalmente se usa para quemar el exceso de gas natural. Eso llevó a que el metano se filtrara a la atmósfera durante 48 horas sin control hasta que todo el exceso de gas se disipó. Las emisiones cesaron por sí solas. Pero Turkmengaz, la compañía nacional de petróleo y gas de Turkmenistán, informó que una notificación de MARS los llevó a emitir una advertencia al operador de la antorcha de combustión, enfatizando la importancia de encenderla adecuadamente en el futuro.
En Omán, una empresa miembro de la OGMP 2.0 adoptó un enfoque novedoso para evitar futuras fugas. Allí, una alerta MARS ayudó a los operadores a identificar dónde un proceso de mantenimiento intermitente permitía que el metano escapara a la atmósfera. Desarrollaron un afiche con pautas sobre cómo evitar emisiones durante este proceso, lo compartieron con los equipos relevantes y realizaron sesiones informativas para asegurarse de que todo su personal supiera qué hacer.
En definitiva, además de su papel técnico, MARS fomenta la transparencia climática: al hacer visibles estas emisiones, que antes podían pasar desapercibidas, impulsa la rendición de cuentas y contribuye a que los compromisos internacionales de reducción de gases de efecto invernadero se traduzcan en acciones concretas. Con esta iniciativa, la comunidad internacional refuerza la idea de que abordar el metano no es solo un reto tecnológico, sino también una oportunidad para mejorar la calidad del aire, proteger la salud pública y avanzar hacia un futuro energético más limpio y sostenible. ECOticias.com