“El extremo gusto de los mexicanos por el guacamole y la suba en la demanda de este fruto a nivel mundial puede estar alimentando la destrucción del medio ambiente del país, debido a que la plantación masiva de dichos árboles amenaza los bosques naturales y los suministros de agua.”
Un alimento muy apreciado
Sin dudas el consumo de aguacate es una opción muy saludable, de hecho, se lo considera uno de los más importantes “súper alimentos” con los que se cuenta hoy en día, pero el problema radica en que se están plantando de forma desorganizada y sin ningún control, por lo que amenazan la salud y el equilibrio del Medio Ambiente.
Un ejemplo de ello es la zona de Michoacán, donde es posible encontrar plantíos aquí y allá, encubiertos dentro de los bosques naturales, en áreas que afectan a muchos animales y plantas, entre ellos a la Mariposa Monarca declarada en peligro de extinción.
Nada de prevención, mínima intervención
El gobierno ha llevado a cabo una serie de incursiones en la zona para verificar el daño medioambiental, pero lo han hecho cuando ya éste había sido causado, así que, si bien incautaron cientos de plantones de aguacate y detuvieron a unos cuantos agricultores infractores, otros siguen con su sutil práctica: encubrir sus cultivos dentro de los bosques naturales, deforestando zonas aisladas para tal fin.
Los agricultores de las montañas de Michoacán intentan por todos los medios evitar que las autoridades logren detectar y combatir la deforestación ilegal. Por ello actúan de forma sigilosa, talando árboles autóctonos y acabando con ecosistemas enteros. No existe ninguna prevención y los bosques siguen desapareciendo a un ritmo alarmantemente regular.
Pero el problema es más grave aún, porque más allá del desplazamiento y la tala ilegal de los bosques y los efectos que ello tiene sobre la retención de agua, el elevado uso de agroquímicos y los grandes volúmenes de madera necesarios para empacar y realizar los envíos de aguacates, son factores adicionales que podrían tener efectos medioambientales negativos en la zona y en sus habitantes.
Una demanda que crece sin parar
Entre 2001 y 2010, la producción de aguacate en Michoacán se triplicó y las exportaciones se multiplicaron por diez. Se calcula que para plantar 1300 árboles de aguacate se necesitan casi 5 hectáreas de terreno; esto implica talar unos 300 pinos y casi 100 abetos, con el consiguiente daño al Medio Ambiente.
Cuando el mercado estadounidense comenzó a crecer y aumentó la demanda de esta fruta, las plantaciones se extendieron y ocuparon áreas que deberían estar protegidas. Asusta pensar qué es lo que pasará cuando China, que ha firmado recientemente sendos convenios de bajas arancelarias, empiece a exigir el cumplimiento de las cuotas de exportación.