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lunes, marzo 27, 2023

Secoyas y Poncianas

Por este motivo la competitividad por captar los rayos solares es enorme. Todas las formas y figuras que han ido adoptando las plantas y en especial los árboles es el registro palpable de esa competitividad.

Todas las especies vegetales que envuelven el globo terrestre, tiñéndolo de verde, compiten por la luz del sol.

La fotosíntesis fue la ventana por la que irrumpieron los fotones bajados del sol  para romper la molécula de dióxido de carbono  CO2 proveniente de los volcanes para liberar el oxígeno y crear la vida en torno a la molécula de carbono, dando origen a los  carbohidratos que junto a los nutrientes del subsuelo, se fue armando la vida.

Así en las zonas boscosas donde las especies se multiplican apretujadamente, ellas han desarrollado un crecimiento vertical hacia arriba para alcanzar los rayos solares y su ramaje ha optado por la forma piramidal para que todas sus ramas reciban los fotones del sol como sucede en las coníferas.

Un ejemplo de ellas son los pinos y sobre todo las secoyas que llegan hasta los 70 metros de altura.

En cambio en los grandes espacios de las sabanas y praderas las especies han extendido su ramaje horizontalmente como sucede con las acacias, y entre ellas la ponciana que crece como un paraguas.

Toda la morfología que observamos en el reino vegetal obedece a la captación de la luz solar, pero no es el único elemento que interviene sino que son también todas las variables que componen el medio ambiente como son la temperatura, la atmósfera con los diferentes gases presentes en ella, la química del suelo, la altura y la latitud respecto al ecuador.

Todos estos componentes están calibrados científicamente por medio de gradientes que se mezclan de manera original en cada nicho ecológico y son los que a través de las centurias han ido prefigurando la infinidad de especies en la infinidad de nichos ecológicos.

En este contexto de las especies adaptándose a los gradientes de la luz solar y a los demás gradientes de su nicho ecológico hemos apelado a las diferentes figuras y proezas que hace el surfista sobre los gradientes de las olas. Las diferentes especies que existen sobre el globo son las figuras y proezas que hace la vida surfeando sobre los gradientes de la luz solar y del medio ambiente.

Las altísimas secoyas con sus troncos macizos de más de 10 metros de diámetro son la figura y proezas que ha hecho la vida surfeando sobre los altísimos gradientes de los vientos helados que hay en las zonas septentrionales y cercanas a los polos.

La coquetería y encanto de una ponciana abriendo hacia el sol su ramaje como un paraguas cargado de flores  es la pirueta que hace la vida sobre los plácidos gradientes de luz y del entorno.

Segunda parte: la campana de Gauss

En estadística existe una herramienta matemática , que cimentada sobre los ejes cartesianos sirve para medir los movimientos de una variable que asciende, toca su techo y luego desciende configurando siempre la figura de una campana que fue descubierta por el matemático alemán F. Gauss.

El ejemplo clásico de campana de Gauss lo tenemos en la variable de la edad de la población de un país y que es muy fácil graficarla: sobre el eje de las X vamos a colocar 10 segmentos que equivalen cada uno a 10 años progresivamente.

El primero será de 10, el segundo de 20, el tercero de 30 y así sucesivamente hasta el último que será de 100 años. Luego sobre cada segmento levantaremos verticales que representan la cantidad de individuos que hay en cada segmento de las edades. A un extremo tendremos una vertical muy pequeña porque hay pocos individuos de 10 años y al otro extremo habrá otra vertical pequeña porque hay pocos ciudadanos de 100 años.

Al centro tendremos la vertical más alta, la de 50 años porque es el promedio que más existe, pero la vertical de 60 será un poco más corta y así sucesivamente irán bajando de tamaño. Si unimos todos los extremos de las verticales, las que suben y las que bajan, obtendremos la figura de una campana.

En la naturaleza hay muchas variables que suben o bajan por la campana de Gauss como la temperatura, la latitud, etc. y constituyen los gradientes del medio ambiente. Una de esas variables es el HELIOTROPISMO que es la inclinación que tienen las plantas hacia los rayos del sol para poder hacer la fotosíntesis (si Ud. encierra una planta en una habitación que sólo tiene una pequeña ventana para que entre la luz solar, al cabo de un tiempo la planta se habrá inclinado hacia la ventana ).

Todas las plantas poseen el heliotropismo que va desde el extremo más pequeño que poseen los líquenes o el musgo al pie de los árboles hasta el otro extremo del enorme tropismo de los girasoles, cuyas flores giran con los movimientos del sol para seguirlo. Entre ambos extremos levantaremos la campana de Gauss del heliotropismo englobando a todas las especies que tiñen de verde el planeta gracias a la luz del sol.

Dentro de la verde campana quedará graficado el enorme heliotropismo de nuestra ponciana que no encontrando rivales en los campos abiertos de la pampa, extiende su ramaje horizontalmente formando un panel solar de color verde.

En cambio aún con la misma fuerza helio trópica, las aguerridas secoyas deberán luchar durante toda su existencia para abrirse paso hacia la luz del sol, rodeadas de sus congéneres en el bosque. Ello la obliga a elevarse sobre los 70 metros y por consiguiente a procurarse un macizo tronco de soporte.

Todos los demás árboles quedaran graficados dentro de la campana de acuerdo a la configuración de su follaje, extendiendo sus ramas o elevándolas al cielo. Es la vida surfeando sobre los gradientes de luz solar, haciendo miles de figuras, pero que no escapan de la campana.

Autor: Prof. Eduardo Perez Albela F.

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