Devastar la selva de Brasil para fabricar hamburguesas

Publicado el: 9 de marzo de 2021 a las 08:43
Síguenos
Devastar la selva de Brasil para fabricar hamburguesas
Durante el año 2020 se repitió la escalada de incendios en Brasil que ya habíamos visto en 2019. En la selva tropical de la Amazonia, en las sabanas secas de el Cerrado o en el gran humedal del Pantanal.

Detrás de este fuego y esta destrucción estaba, una vez más, el sector agropecuario y la impunidad de que goza desde que el presidente Bolsonaro lleva la riendas del país. El pasado año el fuego se cebó de manera especial con el Pantanal, el mayor humedal del planeta: el 30% de la región fue pasto de las llamas. Y 75.000 hectáreas ardieron dentro de propiedades destinadas a la producción de ganado. Y una parte de esa carne termina en los lineales de muchos supermercados de la Unión Europea.

Para denunciar esta complicidad, Greenpeace publica hoy el informe Convirtiendo el Pantanal brasileño en carne picada. Fuego, ganadería y deforestación en Brasil, el  resultado de seis meses de investigación donde se ha seguido el rastro desde los incendios de 2020 en el Pantanal brasileño (concretamente en 15 explotaciones ganaderas) hasta los mercados de la UE (España incluida), pasando previamente por las grandes empresas procesadoras de carne en Brasil (JBS, Marfrig o Minerva), compradoras de ganado y exportadoras de exportado carne fresca y congelada al exterior.



Empresas españolas implicadas

No es la primera vez que investigamos este sector, y las conclusiones son, lamentablemente, los mismas. El mercado español de carne fresca y congelada no es ajeno a esta complicidad. Entre el 1 de enero de 2019 y 31 de octubre de 2020, las tres principales empresas españolas importaciones de carne de vacuno vinculadas a los casos de estudio en el Pantanal fueron Egatesa, Jucarne SA y Montesano Canarias SA, todas ellas ubicadas en las islas Canarias.

Algunas de estas empresas canarias ya fueron señaladas en un informe de Greenpeace Brasil publicado en junio de 2020 que exponía la deforestación producida por las tres grandes empresas cárnicas brasileñas en el interior del Parque Estatal Ricardo Franco, un espacio protegido de 158.000 hectáreas en la frontera entre Mato Grosso, en Brasil, y Bolivia.



Vínculos del Banco Santander

Otra constatación es que algunas entidades financieras españolas siguen como si nada estuviera ocurriendo. El Banco de Santander, por ejemplo, sigue manteniendo sus vínculos con las empresas señaladas por apoyar a la industria agropecuaria responsable de los incendios. Mientras que el problema de la deforestación exige acciones urgentes, el Banco de Santander anuncia que quiere alcanzar cero emisiones netas en 2050.

Los responsables de esta entidad financiera siguen sin entender que la única forma de alcanzar ese objetivo es establecer una política de permisividad cero con la deforestación y romper relaciones con las empresas cárnicas implicadas en escenarios de destrucción ambiental y violación de los derechos humanos.

La Comisión Europea está preparando una nueva ley para hacer frente al impacto del consumo interno en la UE sobre los bosques del planeta, pero estos planes todavía no cubren otros importantes ecosistemas como los humedales, pastizales y turberas. Greenpeace pide a la UE que se asegure de que las cadenas de suministro de los productos vendidos en Europa estén libres no solo de la destrucción de los bosques, sino también de los abusos de los derechos humanos y la destrucción de otros ecosistemas como los humedales del Pantanal.

En octubre de 2020, el Parlamento Europeo pidió a la Comisión que incluyera otros ecosistemas en su proyecto de ley, y más de 1,1 millones de personas que respondieron a la consulta pública de la Comisión exigieron lo mismo.

Fuente: Greenpeace

Deja un comentario