La FAO está intentando paliar y combatir las nefastas consecuencias que tiene el cambio climático en Latinoamérica y los países caribeños, mediante la implementación de varios proyectos de gran importancia y trascendencia.
Cambio climático, hambre y desprotección
América Latina y el Caribe se enfrentan a condiciones climáticas cambiantes, entre las que destaca la prolongación de los períodos de sequía, el acentuado incremento de las temperaturas máximas, el aumento de la intensidad y frecuencia de las precipitaciones y la marcada irregularidad de los períodos lluviosos, principalmente desatados por los fenómenos de El Niño y La Niña.
Uno de los grandes desafíos de los sectores agrícolas de los países más afectados es satisfacer las crecientes necesidades de productos alimenticios, teniendo en cuenta el empeoramiento de las condiciones de producción y sin que para ello sea necesario, ampliar la cantidad de superficies destinadas a cultivos y pastoreo.
El mayor peligro al que se enfrentan es la continuación de la creciente deforestación, con el objetivo de reconvertir tierras vírgenes en áreas de cultivos, para compensar la caída de la productividad con un aumento del área de producción, lo que resulta tremendamente contraproducente, porque afecta a la biodiversidad y dispara la emisión de gases de efecto invernadero, contribuyendo a agravar aún más el cambio climático.
No solo los sistemas de producción basados en la explotación de la tierra se ven fuertemente afectados por el cambio climático, sino también los que dependen de la ganadería, la pesca y las prácticas acuícolas. Los proyectos de la FAO intentan identificar los problemas locales y desarrollar estrategias y prácticas específicamente diseñadas para solucionarlos
De esta manera, adecuando los planes a cada lugar y tomando en cuenta las circunstancias particulares de cada área, se mejoran los sistemas de producción, se optimiza el uso de los recursos naturales y se alcanza un aumento sostenible y significativo de la productividad, paliando de esta manera los efectos adversos del cambio climático.
Ayudando a Ecuador
La FAO está implementando un proyecto que cuenta con la financiación del Fondo para el Medio Ambiente Mundial (FMAM) que tiene como objetivo la promoción de una gestión ganadera climáticamente inteligente, enfocado a ayudar especialmente a las provincias más vulnerables del país.
Con este proyecto se busca fortalecer las capacidades institucionales con el fin de integrar este particular enfoque de la ganadería en las políticas nacionales y en la gestión territorial, al tiempo que se difunden prácticas sostenibles y se da asistencia técnica a los agricultores.
También se da un especial apoyo a las redes de criadores locales ayudándolos a acceder a pequeñas subvenciones y se implementa un sistema de seguimiento de emisión de gases del sector.
Apoyo a Honduras y Guatemala
El proyecto de Sistemas Agroforestales Climáticamente Inteligentes que se implementó en el Corredor Seco Centroamericano, está ayudando a estos países a adoptar sistemas agroforestales resilientes a través del enfoque de Campos de Escuelas de Agricultores, mediante los sistemas ron Kuxur en Guatemala y Quesengual en Honduras, que se desarrollaron sobre la base de prácticas agrícolas tradicionales.
Además de los efectos positivos que consiguen una mejor conservación de los suelos y del agua y una significativa reducción de las emisiones de gases de efecto invernadero provenientes de la deforestación y quema para dedicar dichos territorios para la agricultura, el proyecto también tiene como objetivo reducir las emisiones de los hogares privados usando más eficientemente la leña.
Por otra parte, se promueve el empleo de todo tipo de biomasa (restos forestales, desmonte, rastrojo, etc.) como fuente de calefacción y para cocinar, como alternativa a la leña, evitando otra forma más de deforestación.