La autoridad ambiental mantiene desde octubre de 2008 un programa permanente para lograr la conservación del Águila Real, para la cual se instrumenta un “Programa de Acción para la Conservación de la Especie (PACE: Águila Real)”.
Dicha estrategia para esta especie emblemática de México por ser elemento central del Escudo Nacional, se enmarca dentro del Programa de Conservación de Especies en Riesgo (PROCER), que es instrumentado por la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (SEMARNAT) a través de la Comisión Nacional de Áreas Naturales Protegidas (CONANP), en apego a los “Compromisos por la Conservación” suscritos por el Presidente Felipe Calderón Hinojosa.
Como informó la propia CONANP el pasado 14 de septiembre, en años recientes esta Comisión ha destinado para la conservación del águila real una inversión superior a los 3.2 millones de pesos, incluyendo recursos que aún están comprometidos para el presente año.
Asimismo, la autoridad ambiental ha hecho un llamado al Poder Legislativo para poder contar con mayores recursos que puedan destinarse a la protección de especies prioritarias, incluida el águila real.
Involucrando a diversos sectores sociales que inciden en las poblaciones de la especie, se han llevado a cabo cinco reuniones con expertos del Subcomité Técnico Consultivo en las que se han definido una serie de acciones y estrategias que contribuyen a atender los principales problemas que enfrenta el águila real, así como para evaluar los resultados de las mismas.
Asimismo, se ha realizado la identificación de nidos en varios estados de la República donde se distribuye la especie (Zacatecas, Durango, Aguascalientes, San Luis Potosí, Coahuila, Chihuahua y Baja California), lo que ha permitido la identificación de 117 nidos y aproximadamente 70 parejas reproductivas.
Recientemente se formalizaron convenios para continuar con identificación de sitios de anidación en el estado de Coahuila y está por concluirse la instrumentación de un Sistema de Información Geográfica con herramientas que permitirán una mejor toma de decisiones y mayor incidencia en las zonas de riesgo de la especie, como son algunos sitios de potencial electrocución principalmente para los ejemplares jóvenes.
Asimismo, la CONANP ha lanzado una convocatoria para el otorgamiento de apoyos por un monto de 1.2 millones de pesos para la ejecución de actividades de difusión, monitoreo y vigilancia de nidos incluidos en el PACE: Águila Real.
Dentro de las acciones desarrolladas por la autoridad ambiental para involucrar a diferentes sectores en la conservación de esta especie, se ha realizado el diseño de la señalización de la ruta sagrada de los Huicholes a Huiricuta y del Águila Real, el cual resalta el valor cultural de la especie en esa etnia.
En el marco de las acciones conmemorativas del Bicentenario de la Independencia y Centenario de la Revolución Mexicana, y en coordinación con el Instituto Nacional de Estudios Históricos de las Revoluciones de México, se desarrolló un micrositio referente al águila real, donde se destaca su valor histórico, cultural y biológico. La dirección del mismo es http://www.bicentenario.gob.mx/aguila/aguila.html
En conjunto con el Fondo Mexicano para la Conservación de la Naturaleza, se desarrolla también un programa denominado “Águila Real, hombre y naturaleza”, a través del cual se desarrollan diferentes acciones de comunicación, conservación y cultura.
Asimismo, se ha colaborado con la Comisión Federal de Electricidad y con asociaciones civiles como The Nature Conservancy y Grupo Dodo para realizar obras de modificación de estructuras de distribución de energía eléctrica en áreas de distribución y anidación de águila real donde existen registros de electrocución de aves rapaces, para reducir el riesgo de muerte de ejemplares de esta especie.
La conservación de esta especie es fundamental no sólo porque es el emblema del Escudo Nacional sino porque desempeña un papel fundamental en el funcionamiento de los ecosistemas donde habita, pues por su condición de gran depredadora ayuda a mantener el equilibrio de las poblaciones de sus presas, y es el indicador de un ecosistema en buenas condiciones.