Especialistas del Colegio de la Frontera Sur (Ecosur) buscan consolidar un proyecto multidisciplinario para reducir la emisión de gases de efecto invernadero causados por la deforestación, al advertir que la tala de bosques aporta al menos 15 por ciento de dióxido de carbono a nivel global y afecta, además en mayor medida, el uso de suelo y la productividad de las tierras.
El doctor Ben de Jong, investigador del Ecosur, explicó que la propuesta denominada “Reducción de Emisiones de Carbono causadas por la Deforestación y la Degradación de los Bosques” (REDD+, por sus siglas en inglés) sugiere un desarrollo sostenible mediante la contribución de bienes y servicios de varios países con el fin de disminuir los daños al medio ambiente.
Para ello, dijo el experto en materia ambiental, El Colegio de la Frontera Sur, en conjunto con la Universidad Nacional Autónoma de México y el Colegio de Postgraduados, plantea elaborar un inventario de emisiones de gases de efecto invernadero como base para el diseño de un programa de mitigación en el uso de suelo.
En este sector, comentó el doctor Ben de Jong, la mayor parte de las emisiones de dióxido de carbono son producidas por la ganadería extensiva, la práctica forestal sin planes en el uso y manejo de recursos naturales, así como los procesos que generan deforestación como la tala de árboles o quemas.
Las cifras del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) apuntan en ese sentido: durante el periodo 2002-2007 México perdió anualmente más de 200 mil hectáreas, recordó el especialista.
Este problema, puntualizó el investigador, afectó en menor o mayor medida a estados como Chiapas, Guerrero, Jalisco y Campeche, además de Michoacán, Oaxaca, Sinaloa, Veracruz y Yucatán.
El doctor Ben de Jong explicó que para realizar este estudio es necesario recopilar datos estadísticos disponibles sobre el impacto generado por los desastres naturales, por ejemplo, los incendios que afectan extensas áreas de una localidad y la forma en que se originan, entre otros parámetros, permitan identificar cuánto dióxido de carbono emitió esta contingencia.
Por tanto, la iniciativa REDD+, dada a conocer en 2005 por la Organización de las Naciones Unidas (ONU), propone detener la deforestación y degradación de los bosques, además de promover el manejo sustentable de los recursos forestales y mantener o aumentar los reservorios de carbono presentes.
Con ello, buscarán gestionar un programa llamado REDD+, un sistema fortalecido por instituciones académicas, organizaciones gubernamentales a nivel nacional e internacional, sector privado y comunidades, a fin de establecer una sinergia para contrarrestar este problema.
La propuesta –subrayó el investigador del Ecosur– ya se encuentra ante diversos organismos internacionales con el fin de discutir su posible aprobación como una alternativa contra los efectos causados por la deforestación.
En México, el Consejo Técnico Consultivo de REDD+, coordinado por la Comisión Nacional Forestal (Conafor), y que cuenta con la participación de alrededor de cien organizaciones de diferente giro, está en proceso de definir las reglas operativas de este proyecto; se está realizando un análisis para establecer cómo cuantificar las reducciones de emisiones, monitorear los impactos de REDD+, así como las estrategias para un mejor implementación y mecanismos financieros que permitan financiar el proyecto.
Ben de Jong destacó que esta alternativa forma parte de los compromisos suscritos por México en la Convención Marco de las Naciones Unidas sobre Cambio Climático: “Por ello el inventario de gases efecto de invernadero es un primer paso”, concluyó.
Los estudios que realiza ECOSUR, en el contexto del Cambio Climático y su participación en el Consejo Técnico Consultivo de REDD+, pretenden contribuir a la conservación y el manejo sustentable de los recursos naturales de la frontera sur de México.