El subsidio a la gasolina que se aplica en México para abaratar el precio a los consumidores resulta en detrimento del medio ambiente, porque estimula el uso de autos y esos recursos podrían usarse para otro tipo de apoyos, expuso en entrevista con REFORMA Pavan Sukhdev, asesor especial del Programa de Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA).
Según el documento «Informe sobre Economía Verde», los subsidios generan estímulos para el uso de vehículos particulares, lo cual genera más contaminantes y crea un gasto que es innecesario.
«México exporta petróleo, que luego se refina en el extranjero y regresa como combustible, lo cual lo hace más caro, y mientras, para que el costo sea menor y estimular el consumo se aplican una serie de subsidios pero a esto hay que prestar atención, porque puede no ser buena idea», precisó el experto en entrevista.
En los últimos 4 años se han canalizado casi 400 mil millones de pesos para el subsidio a la gasolina, según el Centro de Estudios de las Finanzas Públicas (CEFP) de la Cámara de Diputados.
Para Sukhdev el País enfrenta una problemática especial, porque aunque México es rico en recursos petroleros, carece de la capacidad de refinación local, lo cual encarece el precio para el consumidor y aumenta la huella de carbono.
En contraste, si la gasolina se produjera localmente, no sólo disminuiría el costo asociado al transporte y permitiría reducir el subsidio, sino que probablemente generaría una mayor racionalidad en el uso de vehículos.
«Los subsidios vienen de los impuestos y la pregunta es ¿por qué gastar el dinero de los contribuyentes para ser usado en gasolina cuando hay muchas mejores cosas que hacer con esos ingresos?», agregó.
La evidencia muestra que eliminar los subsidios genera un impacto en el ambiente y las cuentas públicas, según narra Sukhdev.
En Jordania, que también tenía subsidios a la gasolina, el Gobierno decidió eliminarlos directamente y crear un sistema de compensación de transición en una transferencia directa que se dio a todos los trabajadores con un rango mediano de ingreso.
En México, este especialista identifica dos clases de apoyos o subsidios que podrían usarse para mejorar la calidad ambiental.
El primero dirigido a la construcción cuando se usen materiales amigables con el medio ambiente y en procesos de conservación de energía y agua; y, el segundo, podría aplicarse al parque vehicular, en donde podría crearse un sistema de recompensa para aquellos autos que contaminen poco.
Otros organismos también han criticado el uso de este subsidio en México.
El Instituto Mexicano para la Competitividad señala que en 2009, el 53.8 por ciento del subsidio a la gasolina magna se asignó a los dos deciles de hogares de mayor ingreso.
Asimismo, el Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD), en su último Índice de Desarrollo Humano 2011, refirió que en el País se gastan casi cuatro veces más recursos en el subsidio a los combustibles que en los programas para combatir la pobreza.
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