El cambio climático ha puesto en riesgo la seguridad alimentaria en el sur de México, puesto que es una zona que está altamente expuestas a fenómenos meteorológicos extremos como sequías, inundaciones y tormentas que afectan los sistemas de producción y suministro de alimentos.
Dado que la economía emplea a más del 60% de su población en actividades agrícolas, los cultivos locales son especialmente sensibles a cambios en la temperatura y precipitaciones, o bien, experimentan un aumento significativo del hambre durante periodos de sequía intensos.
A medida que el clima cambie y estos fenómenos se vuelvan más frecuentes y graves, la inseguridad alimentaria y el deterioro de los medios de vida pueden ser cada vez peores, lo que resulta sumamente preocupante, porque las previsiones son de que el cambio climático, dadas las actuales circunstancias, solo puede agravarse.
Un cambio climático que solo empeora
Productores, agricultores, especialistas y autoridades del sur de México han advertido, recientemente, sobre los efectos que el cambio climático ha tenido en la región y han explicado que estos han afectado principalmente a la pesca, el campo y la ganadería.
“Todos los productores estamos teniendo una afectación muy severa. De hecho, gracias a Dios, este año no tuvimos escasez de lluvia. Desde enero hemos tenido lluvias, todo motivado por el cambio climático, nosotros nos preguntamos ¿Qué viene?”, señala Ismael Gómez Coronel, un productor de café de Tapachula. La preocupación, dice, es que la amenaza de ciclones y fuertes lluvias puede afectar a sus cosechas de café y plátano, y que al anegarse las plantaciones “no haya cosechas”.
Vicente Castro Castro, Investigador de la Universidad Autónoma de Chiapas (UNACH), declara que recientemente se publicó que México se está calentando más que el resto de los países a nivel mundial y Chiapas, en el sur, es una entidad altamente vulnerable al cambio climático donde tiene efectos sobre la salud, pesca, campo, biodiversidad, agricultura y ganadería.
“Los campos agrícolas están sufriendo tanto por sequía como por inundaciones, el problema es que los tiempos de sequía se han ampliado y las lluvias se han reducido y en menor tiempo cae la misma lluvia, esa acumulación inunda los terrenos y daña los cultivos”, lamenta.
El doctor de la máxima casa de estudios en Chiapas, enfatiza que, de acuerdo con los modelos validados por el panel intergubernamental de cambio climático de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), y las autoridades mexicanas, en el país se seguirá incrementando la temperatura. Esto, avisa, elevará el riesgo de que se presenten enfermedades como el dengue, zika, chikungunya y que exista una baja actividad en las pesquerías, por lo que muchas comunidades se verán afectadas.
Juan Carlos Castro Hernández, director de la Reserva de la Biosfera La Encrucijada, añade que existe una transformación “significativa” en el comportamiento en las interacciones de plantas y de animales que se refleja en el bienestar humano donde hay impactos directos en la agricultura, ganadería y pesca. “La deforestación está contribuyendo al cambio climático, y el cambio climático nos impacta en la disponibilidad de agua y en la sobrevivencia de flora y fauna”, indica.
Señala que esto afecta a las comunidades campesinas que ya no pueden planear cuándo son sus ciclos de siembra y no saben cómo va a empezar a llover, cómo va a estar el calor, “entonces la agricultura y ganadería se ven fuertemente impactadas”.
Dulce María Infante Mata, investigadora del Colegio de la Frontera Sur (ECOSUR) unidad Tapachula, declara que el problema de las cuencas que drenan las cuencas de Chiapas es que se han cambiado los procesos de sedimentación a través de la canalización de los ríos.
“Lo principal ha sido la afectación a las comunidades costeras, sobre todo porque este sedimento, que llega en exceso y en tasas muy rápidas a la zona costera, se va distribuyendo a humedales herbáceos, los manglares y va entrando a las lagunas costeras”, zanja. EFE / ECOtcias.com