La calidad del agua en las zonas alejadas de Panamá trae consigo serios problemas que afectan la salud y el bienestar de sus habitantes; sobre todo de la población más joven. En muchas de estas áreas rurales, el acceso a agua potable es limitado o inexistente y la contaminación es algo del día a día en ríos o pozos no tratados.
Todo un riesgo en forma de enfermedades gastrointestinales, infecciones y otros problemas de salud debido al agua no apta para el consumo que está contaminada por residuos sólidos, desechos humanos y productos químicos que se usan en la agricultura.
La apuesta de Unicef por un agua de calidad en las zonas rurales de Panamá
El Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) donó insumos para medir la calidad de agua a 300 escuelas de áreas de difícil acceso de Panamá, en medio de una polémica por la contaminación hídrica, según informó este lunes el Ministerio de Salud de ese país. «Con esta iniciativa se busca fortalecer las estrategias orientadas en mejorar el acceso del agua potable a niños, niñas y adolescentes de nuestro país», dijo el ministro de Salud, Fernando Boyd Galindo.
Esos kit están destinados a unas 300 escuelas del «área urbana, rural e indígena, que se encuentran en zonas de difícil acceso», según la información oficial. Además, Unicef dará asesoría técnica a funcionarios para que hagan «las pruebas para monitorear la calidad del agua».
La representante de la Unicef en Panamá, Sandie Blanchet, explicó que «esta es una primera etapa donde se contempla» que el Ministerio de Salud «fortalezca el monitoreo de calidad de agua en escuelas y se dé impulso para el establecimiento de un sistema continuo de monitoreo que se extienda en el futuro a centros de salud y prestadores de servicios«, según el comunicado del Gobierno. Unicef, como parte del programa de cooperación con Panamá, «continuará ofreciendo apoyo técnico para fortalecer el equipo humano y el sistema de información de acueductos rurales», según la información oficial.
Hace más de un mes, se descubrió que el río principal de la península de Azuero (centro del país) está contaminado, por lo que se paralizó el agua potable para consumo humano de los residentes, debido a la mala gestión de residuos de vertederos y fincas de ganadería además de la deforestación, según el Gobierno. Además, de los 4.000 pozos de agua en Panamá, solo 1.300 cuentan con el debido permiso, lo que «evidencia una explotación no regulada» que pone en «riesgo el recurso hidrológico», según un estudio del Ministerio de Ambiente del país centroamericano publicado la semana pasada.
Además de este esfuerzo que hace Unicef es fundamental en este caso que tanto administración central como otras organizaciones internacionales enfoquen sus esfuerzos en mejorar las infraestructuras del país, además de promover campañas de educación sobre higiene y gestionar recursos de manera sostenible para garantizar el acceso a agua potable en estas zonas más remotas. EFE / ECOticias.com