Desde el año 2000, la Red Amazónica de Inventarios Forestales (RAINFOR, por sus siglas en inglés) opera como una colaboración científica internacional dedicada a monitorear los bosques tropicales amazónicos mediante parcelas permanentes para entender su estructura, dinámica, biodiversidad y su rol en el ciclo global del carbono.
Un estudio reciente de RAINFOR, que involucra a más de 60 universidades de Brasil, Reino Unido y otros países, ha revelado que los árboles en bosques intactos de la Amazonía han aumentado su tamaño medio en aproximadamente un 3,2 % por década, una tendencia observada durante al menos los últimos treinta años. ¿A qué es debido?
El motivo por el que crecen estos árboles de la Amazonía
El tamaño promedio de los árboles en la Amazonía ha aumentado en un 3,2% cada década, una respuesta «consistente» a los niveles crecientes de dióxido de carbono que actúan de fertilizante, según una investigación publicada este jueves en la revista científica Nature Plants.
Un equipo internacional de científicos de más de 60 universidades de América del Sur y Reino Unido ha llegado a esta conclusión después de medir el crecimiento de los árboles en 188 parcelas tropicales durante décadas. Los datos revelan que en los bosques tropicales del Amazonas, el tamaño promedio de los árboles -grandes y pequeños- ha aumentado de manera continuada durante, al menos, los últimos treinta años.
«Es una buena noticia. Regularmente escuchamos cómo el cambio climático y la fragmentación amenazan los bosques amazónicos. Pero mientras tanto, los árboles en los bosques intactos han crecido más; incluso los árboles más grandes han seguido prosperando a pesar de estas amenazas«, señala la coautora del estudio, Beatriz Marimón, de la Universidade do Mato Grosso, en Brasil, quien coordinó la recolección de datos brasileños en el sur de la Amazonía.
¿En qué consiste el proyecto RAINFOR?
El nuevo estudio forma parte de la red RAINFOR (Amazon Forest Inventory Network), integrada por 95 investigadores que durante más de treinta años han medido parcelas de bosques tropicales maduros en un periodo en el que las concentraciones de dióxido de carbono han aumentado casi una quinta parte. En cada parcela, medían el diámetro de cada árbol e identificaban la especie. Después, regresaron muchas veces para monitorizar el avance de cada árbol y conocer su evolución.
A largo plazo, el objetivo de RAINFOR es comprender la dinámica de los ecosistemas amazónicos formado por los árboles de las parcelas y por las características de los suelos y las plantas de la zona.
«Los resultados de este estudio subrayan cuán importantes son los bosques tropicales en nuestros esfuerzos continuos para mitigar el cambio climático antropogénico«, y facilitan una información importante para la COP30 que tendrá lugar en Brasil a final de año, dice Adriane Esquivel-Muelbert, de la Universidad de Cambridge (Reino Unido). «A pesar de las preocupaciones de que el cambio climático pueda afectar negativamente a los árboles en la Amazonía y socavar el efecto de sumidero de carbono, el efecto del CO2 en estimular el crecimiento sigue estando presente, lo que demuestra la notable resiliencia de estos bosques, al menos por ahora».
Por su parte, la coautora del estudio e investigadora en la Universidad de Bristol (Reino Unido), Rebecca Banbury Morgan, explica que el estudio también ha confirmado «lo destructiva que es la deforestación de la Amazonía». «Los grandes árboles tropicales tienen cientos de años. No podemos simplemente plantar nuevos árboles y esperar que ofrezcan algo parecido a los beneficios de carbono o biodiversidad que proporciona el antiguo bosque natural», advierte la coautora del estudio.
Investigaciones previas de la red RAINFOR, demostraron que la selva amazónica juega un papel clave en la absorción de un carbono que si no estaría en la atmósfera. «Sabíamos que la cantidad total de carbono almacenado en los árboles de los bosques amazónicos intactos ha aumentado. Lo que muestra este nuevo estudio es que todos los tamaños de árboles han crecido más en el mismo período: todo el bosque ha cambiado», añade Tim Baker, investigador de la Universidad de Leeds (Reino Unido) y coautor del estudio.
El estudio también ha constatado que, a medida que los árboles más grandes han crecido más, han dominado la competencia por los recursos en su zona.
Pero los autores apuntan que el estudio tiene otras implicaciones. Según Oliver Phillips, de la Universidad de Leeds, «lo que les sucede a los grandes árboles, incluyendo cómo manejan las amenazas climáticas en aumento y logran dispersar sus semillas, es ahora misión crítica. La única manera de que los gigantes se mantengan saludables es si el ecosistema amazónico permanece conectado. La deforestación es un gran multiplicador de amenazas y los matará si lo permitimos».
Por tanto, gracias al monitoreo continuo de esta entidad se sabe ahora con mayor certeza que la Amazonía intacta está respondiendo al incremento de CO₂ atmosférico con un crecimiento generalizado de los árboles, lo que refuerza su papel como sumidero de carbono. Eso sí, siempre que no se erosionen las condiciones que permiten ese crecimiento. EFE / ECOticias.com













