Las vacaciones están a la vuelta de la esquina y es importante conocer cuáles son las opciones, qué diferencia hay entre ellas y qué se puede esperar de cada una. Y por supuesto cuáles son los desafíos que tiene por delante el ecoturismo, para alcanzar un grado significativo de sostenibilidad.
¿Qué es el ecoturismo?
Para la Organización Mundial del Turismo es aquel que logra minimizar los impactos negativos que sus acciones o consecuencias puedan tener sobre al entorno natural, la cultura y las tradiciones locales. Además, quien practica este tipo de viajes debe sacar de ellos una experiencia edificante y positiva.
Todo ello debe hacerse de modo sostenible, es decir sin poner en peligro las oportunidades de que las futuras generaciones reciban el mismo trato y sin superar los límites productivos de recursos del planeta, ya que el hecho de que haya fuentes de recursos renovables, no significa que un mal uso no las pueda agotar, contaminar o anular.
¿Y el turismo de “masas”?
El turismo de masas es aquel que propugna que no haya ningún tipo de control o aforo en las actividades, visitas, paseos, etc. que se practican durante unas vacaciones, por lo que no se toma en cuenta los posibles daños que este tipo de viajes puede tener, ya que generalmente en estos casos solo se busca el retorno económico.
Este tipo de turismo tiene un impacto muy negativo en muchísimos sentidos: medioambiental, cultural, emocional etc. Por un lado, la gente que trabaja para dar servicio a tal cantidad de personas, lo hace expuesto al estrés y a una sobrecarga laboral muy importante, el medioambiente se resiente, los espacios y entornos se erosionan y los turistas no acaban de disfrutar realmente de sus vacaciones.
Desafíos del ecoturismo
Limitar y aforar la cantidad de turistas que acuden a un sitio en determinado momento, de modo que los grupos sean más controlables y se les puedan ofrecer servicios de calidad, acordes con las infraestructuras locales y sin que ello implique estrés y molestias para el medio ambiente, la biodiversidad y los vecinos.
Potenciar los servicios, para que los turistas y también los moradores del sitio turístico, reciban un trato adecuado por parte de trabajadores idóneos, bien pagados y felices. La idea es priorizar la calidad de los servicios y la multiplicidad de ofertas del ecoturismo, frente a las opciones y las sobrecargas del tradicional.
Diversificar y dar valor a las ofertas alternativas, para que el turismo no se limite a sol, mar o montaña, sino que los visitantes acudan por la cultura local, la historia, las opciones paisajísticas y/o de contacto y conocimiento de la biodiversidad y las ofertas de turismo slow y resiliente.
Por Sandra MG para ‘El Periódico Verde’