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lunes, mayo 29, 2023

Gas natural y nuclear: energías verdes o ámbar

Más energías ‘verdes’ 

En un comunicado emitido el primer día hábil del año (2/1/2022), la Comisión Europea destacó que algunos países de Europa aún tienen una estrecha dependencia del carbón, especialmente a la hora de producir electricidad y que este combustible fósil es responsable de una gran parte del CO2 (y de otros gases de efecto invernadero) que se emiten a la atmósfera.

Más adelante en el mismo comunicado, los miembros de la CE afirmaron que, tanto el gas natural como la energía nuclear deberían ser tomadas en cuenta como energías verdes, puesto que tienen un rol importante que desempeñan a la hora de proceder a la transición energética cuyo objetivo son las renovables.

Dado el asesoramiento científico actual con el que se cuenta y los avances tecnológicos, así como los diversos desafíos a los que se enfrentan los estados miembros de cara a la transición, la Comisión cree que lo primero que se debe combatir es el carbón y que el gas natural y la energía nuclear deben ayudar a facilitar la transición hacia las energías renovables.

Camino a la transición energética

 

Refiriéndose a las acciones que la Unión Europea lleva a cabo con el fin de orientar y movilizar inversiones privadas, que durante los próximos 30 años tiendan hacia la neutralidad de carbono, la Comisión señaló que, algunas naciones de Europa siguen teniendo una alarmante dependencia del carbón, cuyas emisiones tienen un impacto significativo en la cantidad de CO2 que se acumula en la atmósfera.

Por esa razón la Comisión Europea se ha comprometido a ajustar sus procedimientos, con el fin de que los inversionistas puedan valorar la inclusión de la energía nuclear y el gas natural en el paquete de las llamadas ‘energías verdes’, con el fin de que las decisiones que tomen estén realmente bien informadas.

También se enfatizó en dos temas: que los estándares para las actividades nucleares y las de gas deberán actualizarse a medida que la tecnología vaya evolucionando y que resulta de la más alta prioridad eliminar las fuentes de energía que se consideren más dañinas (por sus emisiones de CO2) como es el ejemplo del carbón.

Esto no es nuevo

 

La discusión ya viene arrastrándose desde hace meses. Francia está detrás de que la nuclear sea declarada verde porque le conviene y aduce que no emite CO2 ni otros gases de efecto invernadero (parece que se olvidan de los desechos tóxicos y de la gravedad de sus ‘accidentes’).

Mientras tanto, los países del este se declaran ‘fans’ del gas natural, aceptando que su quema emite gases contaminantes y de efecto invernadero, pero destacando que los niveles de CO2 son mucho menores que los que provienen de la combustión de los fósiles como es el caso del carbón, al que parece que ahora sí que nadie quiere.

España dijo que NO

 

Desde el gobierno español se ha señalado que, dado que los parámetros de taxonomización ya están más que definidos es imposible considerar que la energía nuclear y la del gas natural sean sostenibles, por lo que denominarlas ‘verdes’ es una imposibilidad de orden. Por ello sugirió que se las llame ‘ámbar’.

El comunicado del MITECO deja bien claro que aludir a ellas como ‘energías verdes’ manda señales erróneas acerca de lo que es la transición energética, aunque se apresuran a aclarar que habrá quienes inviertan la nuclear y el gas natural, seguramente mientras se logra la independencia de los fósiles, aumentando significativamente la instalación de renovables.

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