El hidrógeno metálico podría ser el fin del dominio de China sobre las baterías (que explora opciones tan impensadas como este material que comes en cada almuerzo). De esta manera, la energía del futuro podría vislumbrar una nueva era de la mano de Estados Unidos. China goza del control de la producción de metales raros y cobalto, vitales para la tecnología y los vehículos eléctricos. Sin embargo, los datos revelan que su control será todavía mayor en el futuro, afianzando su posición en la transición energética global.
China encabeza el mercado de las tierras raras y las baterías y, además, consolida su posición privilegiada en la cadena de suministro global de minerales críticos, cruciales para el progreso de las tecnologías del futuro. Según registra Energy Institute Statistical Review of World Energy 2024, desde 1995 hasta 2023, la producción de metales raros, baterías y sistemas de defensa, ha subido de 75,7 a 353,7 kilotoneladas. Durante ese periodo, China proliferó como un agente dominante, pasando de generar 48 kilotoneladas en 1995 a 240 kilotoneladas en 2023, lo que supone más de dos tercios de la producción global.
Sumado a esto, el país asiático controla el 90% del procesamiento de metales y casi el 100% de los metales raros pesados, un paso vital en la cadena de valor que ningún otro país ha conseguido replicar a gran escala. Asimismo, Benchmark Mineral Intelligence estima que en 2030 China controlará el 46% de la producción mundial de cobalto, un incremento importante respecto al 43% actual. Cabe destacar que el cobalto es un elemento primordial en la fabricación de baterías de iones de litio.
China sucumbe ante el hidrógeno metálico, la nueva energía del futuro
La estadounidense EnerVenue, la primera compañía en brindar baterías de metal-hidrógeno capaces de efectuar más de 30.000 ciclos de energía limpia, ya ha comenzado a realizar pruebas clave. Su aplicación elimina amenazas como la propagación térmica y el descontrol térmico, problemas habituales en las baterías de ion-litio. No necesitan costosos sistemas auxiliares de supresión de incendios. A su vez, son altamente reciclables, lo que las hace más ecológicas que las alternativas tradicionales.
En este contexto, EnerVenue anunció que RWE, una firma líder global en energía, obtuvo sus Energy Storage Vessels (ESVs) para la ejecución de pruebas de rendimiento en un proyecto piloto de renovables. RWE está efectuando el proyecto piloto en su centro de pruebas en la zona de Milwaukee, Estados Unidos, donde se está analizando el trabajo de los ESVs de EnerVenue.
Las metas finales de este piloto abarcan la validación de la flexibilidad en los ciclos, las características de carga y descarga, la duración, el rendimiento en diferentes temperaturas y la eficiencia energética de estas baterías. Los datos adquiridos serán cruciales para el ajuste de esta tecnología en futuras aplicaciones de RWE.
El rasgo distintivo de las baterías ESVs de EnerVenue es su vida útil ultra prolongado, con más de 30.000 ciclos. Además, alberga la capacidad de ciclar hasta 3 veces al día sin necesidad de reposar y una serie de ventajas renovables: seguridad mejorada, sostenibilidad (más reciclables que las baterías de ion-litio) y la disponibilidad de una arquitectura escalable y flexible (pueden configurarse según las necesidades de proyectos de gran escala).
China pierde peso con la hegemonía del hidrógeno metálico de Estados Unidos
En la actualidad, RWE trabaja sistemas de almacenamiento de baterías con una capacidad total de 700 MW y tiene en proceso de construcción alrededor de 1,4 GW adicional. El objetivo es lograr los 6 GW de capacidad de almacenamiento en baterías para 2030.
Con una proyección clara y el hidrógeno metálico como protagonista, Estados Unidos podría ganarle el impulso a China y quedarse con la energía del futuro con 30 años de vida. Una estrategia que China podría contraatacar con esta cápsula que almacena 8.000 veces más energía que las baterías.