Corea del Sur nos ha demostrado estar a años luz. Lo ha hecho resolviendo dos de los grandes problemas que presenta la Tierra. Antes de reparar en su proeza, conviene detenernos a valorar la inmensidad de los océanos, según Greenpeace, cubren más del 70% de la superficie del planeta.
Tienen sobre sí la responsabilidad de producir una importante parte del oxígeno que respiramos, regular el clima y actuar como sumidero de carbono. Además, atesoran “en su interior” una biodiversidad de grandes dimensiones.
Los océanos se topan con amenazas crecientes, fomentadas por prácticas humanas vinculadas con la contaminación por plásticos, sobrepesca, minería en aguas profundas, explotación petrolera y cambio climático. El aspecto ambiental es relevante, pero no el único.
Los diferentes océanos del mundo ofrecen trabajo a millones de personas en sectores clave de la economía, como son la pesca y el turismo. También se remarca su importancia como fuente de alimento, medicina y recursos naturales.
Los enemigos activos de los océanos, que generan su deterioro, ponen en riesgo la vida marina y el propio bienestar humano. Es de carácter urgente preservar y proteger los océanos. La Sustainable Blue Economy Finance Initiative de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) expuso que el importe económico anual del océano está estimado en 2.5 miles de millones de dólares.
Corea del Sur tiene la solución para salvar los océanos y, de paso, la humanidad
Casi 100 países firmaron recientemente una declaración para impulsar un tratado contra los plásticos. Algo que se reitera con la última noticia que llega desde Corea del Sur.
Un grupo de científicos del Instituto de Ciencia Básica (IBS) de Corea del Sur ha creado una tecnología capaz de transformar los residuos plásticos comunes en hidrógeno limpio. Lo han logrado con el solo uso de luz solar y agua.
Con un solo invento, han destruido dos de los problemas que más aquejaban al mundo: el uso de plásticos PET, que solían terminar en los océanos, y combustibles fósiles, ya que han desarrollo un combustible verde que no contamina.
¿Estamos entonces ante el fin definitivo de la contaminación por plásticos y el uso de combustibles fósiles? Por ahora, la posibilidad existe. El método proveniente de Corea del Sur está basado en un nanocompuesto fotocatalítico envuelto en un hidrogel.
Su disposición le consiente una flotación sobre el agua y conservarse activo incluso bajo condiciones adversas, como si se tratara de una exposición prolongada al sol o ambientes químicos agresivos.
¿Hasta dónde ha llegado el nuevo sistema de Corea del Sur?
El sistema de Corea del Sur proporciona una opción fotocatalítica abastecida por energía limpia. No solo descarta emisiones, sino que reutiliza residuos contaminantes como materia prima.
Probaron este método en exteriores con una estructura de un metro cuadrado, equipada con ventanas de cuarzo para consentir el paso de la luz del Sol. Los resultados evidenciaron una generación continua de hidrógeno conforme la intensidad solar se incrementaba.
El grupo de Corea del Sur, encabezado por los profesores KIM Dae-Hyeong y Hyeon Taeghwan, puso de manifiesto una estabilidad que se extendió por más de dos meses en condiciones alcalinas.
Asimismo, conserva su rendimiento en agua de mar, agua de grifo, además de otras fuentes reales. También se demostró que el sistema es sumamente escalable, con simulaciones en las que se prevé una extensión de hasta 100 metros cuadrados.
Potencial del sistema que propone Corea del Sur
El avance tecnológico propuesto por Corea del Sur genera energía limpia y combate de forma radical la contaminación plástica, razón por la que parece traído del año 2040. La sorpresa del sector es total, tanto que se asegura que podría llegar incluso más lejos que el Proyecto BIOPROCESS.