Dinamarca está dispuesta a reescribir la historia de la humanidad. Ha anotado un logro que parecía imposible hace un tiempo atrás. Una noticia que llega justo después de que España se situara en el centro de la escena. Lo ha hecho con la última intervención de su capital. Madrid (la comunidad) está investigando maneras óptimas de producir energía solar y a partir del agua.
Las medidas se encuadran dentro del proyecto Hydragon. Está coordinado por el Instituto Madrileño de Estudios Avanzados IMDEA Energía. La meta es producir y almacenar hidrógeno verde a través de la cooperación de investigadores internacionales. Dicho hidrógeno se generará usando en exclusiva fuentes renovables, evitando la difusión de emisiones contaminantes.
Se recurrirá a materiales avanzados como estructuras metal-orgánicas y soportes de carbono. Con estas características, la iniciativa pretende mejorar la eficiencia y sostenibilidad del proceso de creación de energía. El proyecto Hydragon cuenta con una duración estimada de tres años. Recibe su financiación del programa europeo M-ERA.NET 2024.
Dinamarca crea algo que parecía imposible: busca lo mismo que España
Ahora, los ojos se posan sobre Dinamarca, especialmente después de probar esta tecnología desconocida. Las compañías danesas Topsoe, Skovgaard Energy y Vestas han unido sus conocimientos en diversos ámbitos de la industria renovable.
El objetivo de su alianza es fabricar amoniaco verde de la forma más eficiencia posible. Con esta meta por delante, ha surgido la fábrica de Ramme. Se torna como la primera preparada para desempeñar sus funciones directamente con fuentes de energía intermitentes.
El primer paso que tiene lugar en este espacio es la producción de energía limpia. Obtiene electricidad de un parque de energías renovables situado a apenas unos metros de distancia. Antes de que se levantara la fábrica de amoniaco, el parque ya disponía de seis turbinas eólicas Vestas V80 de 2 MW.
El proyecto incorporó la instalación de 50 MW en paneles solares bifaciales. Ya había 12 M de potencia instalada en aerogeneradores, cantidad a la que se agregó la nueva capacidad solar. Es la primera vez en la historia que un parque híbido eólico y solar se conectan de forma directa a una planta de amoniaco.
Proceso con el que Dinamarca obtiene amoniaco de energía solar y eólica
La segunda instancia es la electrólisis de agua. Los paneles solares y las turbinas eólicas originan energía limpia. Esta se usa para abastecer un electrolizador. Dicho dispositivo administra electricidad en el agua con el fin de descomponer las moléculas de H2O en hidrógeno y oxígeno.
Se trata del mismo procedimiento usado para adquirir hidrógeno verde. En este caso, actúa como un paso intermedio para lograr amoníaco. El último paso de la planta de Dinamarca es la síntesis del amoniaco. Se efectúa una combinación entre el hidrógeno producto de la electrólisis y nitrógeno, extraído del aire.
El procedimiento que se ejecuta se conoce como sintesis de Haber-Bosch. Todo este desarrollo se ejecuta en un “bucle de síntesis”. Está adaptado para funcionar de manera eficiente pese a la intermitencia de las fuentes de energía renovable.
Uno de los aspectos más llamativos de la planta de Dinamarca es su capacidad para ajustar la producción a las fluctuaciones de la energía solar y eólica. Esto en tiempo real. La fábrica sube o baja de forma automática su producción según la disponibilidad de energía renovable. A largo plazo, constituye un proceso que optimiza su eficiencia y costes operativos.
Qué se espera de la planta de Dinamarca
La planta de Dinamarca generará 5000 toneladas anuales de amoniaco verde fabricado con fuentes de energía limpias. Puede emplearse como fertilizantes, combustible y portador de hidrógeno. Aplicaciones que puede cumplir sin desprender emisiones de carbono vinculadas a su producción.
Dinamarca reescribirá la historia y cambiará al mundo con esta planta que logra lo que, hasta ahora, parecía imposible. ¿Todavía con dudas sobre este proyecto? Aquí ampliamos sus aplicaciones y perspectivas de futuro.