Tras el peor pronóstico expuesto sobre la Antártida, esta zona del mundo registra un inédito descubrimiento de energía. El continente antártico se extiende sobre el Polo Sur y está adherido al Círculo Polar Antártico a los 66º 33’S, excepto la Península Antártica, que enfilando hacia el norte se topa de frente con Sudamérica. Con la firma del Tratado Antártico en 1959, las zonas situadas al sur del paralelo de 60º hasta el Polo Sur han quedado relegadas en exclusiva a la realización de acciones científicas y técnicas que necesitan de energía para la producción de electricidad, calor y el transporte.
Por su parte, el Protocolo de Madrid de 1991 busca ofrecer una mayor protección al medio ambiente en el continente antártico, además de los ecosistemas dependientes o asociados. Por esta razón, se deben buscar fuentes primarias para el suministro óptimo de agua. Estas deben impactar lo menos posible, dado que el uso de combustibles fósiles viene de la mano de una gran cantidad de contaminantes emisiones de gases de efecto invernadero.
La energía que proviene del Sol y del viento es una alternativa, pero, debido a su naturaleza intermitente, pueden plantearse diferentes opciones para lograr un mejor aprovechamiento de esos recursos, además de los residuos. En este contexto, la División de Investigación y Desarrollo en Energías Renovables (DIDER), perteneciente al Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (CITEDEF), concentra sus esfuerzos en el despliegue de tecnologías de hidrógeno, que abarca tanto su producción como su empleo.
La Antártida hace historia: hallan hidrógeno en su territorio
Un grupo de investigadores argentinos crearon un módulo experimental para generar hidrógeno verde y energía eléctrica que se instalará pronto en la Base Esperanza, al norte de la Península Antártica. Además de crear hidrógeno, pretende suministrar de energía un laboratorio y comprobar las capacidades de la tecnología para otorgar electricidad a estas instalaciones. Actualmente, la energía eléctrica que necesita su funcionamiento y la calefacción se genera por medio de generadores.
Durante la época veraniega, cada base obtiene cerca de 100.000 litros de gasoil. Si este módulo experimental logra comprobar su eficacia, podría convertirse en una herramienta útil para disminuir ese consumo, además de reducir el volumen de combustible trasladado en buques y aeronaves. El sistema está compuesto por un aerogenerador y paneles solares que conciben electricidad tomada a raíz de las horas de sol existentes en la Antártida durante el verano y los vientos que hacen acto de presencia durante todo el año.
Esa electricidad será utilizada para abastecer de energía a un dispositivo de electrólisis de agua y comenzar la producción de hidrógeno verde. El exceso se derivará al surtido de energía eléctrica a un laboratorio científico contiguo. Así, el laboratorio recibe y produce energía verde. María José Lavorante, licenciada en Química y líder en el Citedef de la parte del proyecto vinculada a la producción de H a partir de la electrólisis de agua, tuvo una conversación con Télam sobre el tema.
“De alguna manera eso sentó las bases de este nuevo proyecto, cuyos objetivos plantean la construcción y puesta en funcionamiento de un laboratorio autosustentable”, sostuvo.
Descubren algo inédito en la Antártida: energía encerrada en un laboratorio histórico
Este dispositivo cuenta con tecnología alcalina y el Instituto de Investigaciones Científicas y Técnicas para la Defensa (Citedef) ha tomado la responsabilidad de construir cerca del 95% de sus elementos. “El volumen de hidrógeno que se obtiene hasta el momento permite poner en funcionamiento una pila a combustible comercial de 500 W; la ventaja que tiene este tipo de dispositivo es su carácter modular que permite conectar varias celdas (módulos) en serie o paralelo e incrementar la producción de hidrógeno. Hay que tener en cuenta que constructivamente no es un tema menor y que debe irse ganando experiencia”, explicó la especialista.
Cabe destacar que este proyecto de hidrógeno se contextualiza en el marco del Laboratorio de Energías Renovables Autosustentable con producción de Hidrógeno Verde, compuesto por un equipo interdisciplinario de ingenieros, licenciados y técnicos de la Dirección General de Investigación y Desarrollo del Ejército Argentino (DIGID-EA), del Citedef, del Comando Conjunto Antártico (CoCoAntar) y de la compañía privada Dynterra (que decidió donar el aerogenerador de eje vertical integrado al sistema).
“De cada grupo va a viajar uno o más responsables para llevar a cabo la instalación adecuada de todos los componentes del sistema, además hay un grupo de tres integrantes destinados a esta Campaña Antártica, que ya recibieron una capacitación teórico-práctica referente al hidrógeno, la obtención por electrólisis y aspectos importantes relacionados con la seguridad”, adelantó.
Mientras siguen apareciendo hitos del deshielo en la Antártida, este grupo de expertos ansía marcar un precedente con un descubrimiento inédito de energía en el continente antártico.