Una región española ha encontrado un tesoro en pleno bosque. 1.000 toneladas con vida propia y energía. Un hallazgo sumamente importante dado el contexto actual en el que se encuentra la humanidad. El uso de los combustibles fósiles durante un tiempo prolongado nos ha hecho necesitar más que nunca nuevas fuentes de abastecimiento energético lo más renovables posible, como la biomasa (famosa por su potencial para ofrecer calefacción económica). La alta huella ambiental presentada por los combustibles fósiles ha llegado demasiado lejos, tanto que el cambio climático y el calentamiento global ya están instaurados.
Entre otras renovables, la energía biomasa es una de las que más potencial tiene en el contexto actual, ya que se trata de un combustible que se obtiene a partir de materia orgánica. Su nombre proviene del prefijo “bio” (vida) y “masa”. De esta manera, la biomasa es un tipo de combustible caracterizado por su fabricación a partir de materia orgánica. Aunque suele asociarse con el uso de la madera, también puede provenir de muchas otras formas.
Existen tantos tipos de biomasa como se puedan fabricar. Puede obtenerse energía biomasa a partir de cualquier materia orgánica que, una vez seca, arda con facilidad. En este contexto, es posible conseguir biomasa a partir de restos de comida, desechos de la industria agrícola e incluso de excrementos de animales herbívoros.
El bosque de esta región española ofrece un tipo de energía revolucionaria
Debido a la importancia de esta energía, España ha decidido apostar por ella. La Diputación de Valencia ha comenzado a extraer biomasa forestal en más de 200 hectáreas. El uso de más de 1.000 toneladas de biomasa extraídas con el proyecto Valencia Biovaloriza representa un ahorro considerable para los municipios que permitirá potenciar las plantas de pellets, como la de Serra. Además, fomentará el análisis de la zona para el posible uso de la biomasa en la construcción de estructuras.
El proyecto está encabezado por el área de Medio Ambiente de la institución provincial y en él también participan la Mancomunidad de Camp de Túria, Mancomunidad de Interior Tierra del Vino, los municipios de Llíria y Serra y la Universidad Politécnica de Valencia (UPV). La Diputación de Valencia dio luz verde a las acciones de extracción de biomasa forestal en más de 200 hectáreas de terreno forestal público de Serra, Llíria y Requena.
Estos territorios forman parte del mencionado proyecto Valencia Biovaloriza. Según informa Energías Renovables, Avelino Mascarell, diputado de Medio Ambiente, dijo que “se han seleccionado estas parcelas como consecuencia de los estudios técnicos dirigidos por la UPV utilizando modelos y herramientas avanzadas de gestión forestal”.
El empleo de las más de 1.000 toneladas de biomasa representará un ahorro económico importante para los municipios gracias al uso de recursos existentes en la zona. Además, esta demanda de consumo de productos forestales hará posible el potenciamiento de las plantas de pellets, como la situada en Serra y el impulso de los estudios para la posible utilización de la biomasa en la construcción de estructuras.
Esta zona de España utiliza su bosque para explotar la energía biomasa
Entre los objetivos de esta iniciativa se encuentra la instalación de nuevas calderas en instalaciones municipales que usan la biomasa extraída de las zonas forestales como fuente de energía renovable, cerrando el círculo a través del aprovechamiento de los recursos forestales retirados en las tareas de prevención de incendios.
Esta propuesta pionera en la prevención de incendios dispone del apoyo de la Fundación Biodiversidad del Ministerio para la Transición Ecológica y el Reto Demográfico (Miteco) en el contexto del Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia (PRTR), financiado por la Unión Europea-NextGenerationEU.
En definitiva, la región española de Valencia ha encontrado un auténtico tesoro en su bosque: la posibilidad de producir energía biomasa, una energía de la que te contamos más en este artículo.