El sector de la energía está inmerso en procedimiento de cambios constantes. Desde que salió a la luz el impacto ambiental de los combustibles fósiles, la humanidad ha buscado diferentes formas de producir energía infinita y renovable.
La razón es que este tipo de abastecimiento reduce la emisión de gases de efecto invernadero, causantes del calentamiento global. Debido a esto, la investigación e implementación de energías de este tipo ha crecido. Sin embargo, no todo lo que tiene que ver con renovables positivo.
En este sentido, también tienen efectos negativos aún por solventar, como la ocupación de amplias extensiones de tierra, la posible perturbación de especies autóctonas marinas/terrestres o contaminación visual/ acústica. Pero hay otra consecuencia que podría afectarnos de lleno y ni siquiera nos estamos dando cuenta.
Apostaron por un tipo de energía infinita, pero no resultó como esperaban
Mientras Dinamarca prueba esta tecnología energética desconocida, China disfruta de la Presa de las Tres Gargantas. Se sitúa en el centro de China, interrumpiendo el paso del río Yangtsé, el más largo de Asia. Su misión es producir una cantidad de energía mayor que cualquier otra central hidroeléctrica del mundo.
Aunque a simple vista parece el proyecto perfecto para abastecernos energéticamente, la NASA advierte de su consecuencia más impactante. Teniendo dimensiones tan grandes su llenado tiene la capacidad de desacelerar la rotación de la Tierra.
El río Yangtsé corresponde al tercero del mundo en cuanto a longitud, por detrás del Amazonas y el Nilo. También se lo denomina río Azul. Este drena una cuenca de casi dos millones de kilómetros cuadrados, aportando agua al 40% de China.
En el curso medio del río existen tres desfiladeros naturales nombrados Qutang, Wu y Xiling: las Tres Gargantas. Casi dos décadas después del comienzo de la construcción, en 2012, China procedió a la apertura de la central hidroeléctrica más grande del planeta.
La energía infinita podría modificar la rotación de la Tierra
Alberga una potencia de 22 500 MW. En 2020, batió el récord de 103 TWh anuales de Itaipú, tras la presencia de incesantes lluvias monzónicas. Ese año, sus turbinas de 700 MW generaron casi 112 TWh de electricidad, más de lo consumido anualmente por países enteros, como es el caso de Finlandia o Chile.
Culminan la megaestructura dos generadores más discretos de 50 MW, que aportan energía a la misma planta y un elevador de barcos que hace posible la navegación por el río. Esta imponente estructura, de 2335 metros de longitud y una altura de 185, puede retener hasta 40 km3 de agua/ 40 billones de litros.
Un número imponente del que la NASA alertó en 2005 terminó analizándose más tarde. De llenarse, podría tener incidencia de manera calculable en la rotación de la Tierra.
El geofísico Benjamin Fong Chao, del Centro Goddard de la NASA, señaló que un llenado de la presa podría desplazar levemente el eje de la Tierra y ralentizar su rotación, aumentando la duración del día 0,06 microsegundos.
Momento de inercia, clave para entender lo que sucede con la energía infinita
Lo que desencadena este fenómeno se llama “momento de inercia”. Es la resistencia de un cuerpo a los cambios en su rotación. Puede ser mayor o menor según la cantidad de masa del objeto y cómo se encuentra distribuida respecto al eje de giro.
Aunque esos segundos son un cambio pequeño si lo comparamos con el derretimiento de los casques polares o fuertes terremotos, pone de manifiesto el impacto de las prácticas humanas sobre nuestro planeta, más allá de lo que vemos a simple vista.
Buscando la manera de abastecernos con una energía infinita, podríamos haber creado un “monstruo”. Si todavía quieres saber más sobre la presa más poderosa y misteriosa del planeta, aquí te ampliamos la información.