España, China, Alemania y el mundo entero se han unido al tren de las energías renovables. Donde sea que vayamos, hay una conciencia creciente de la importancia de las energías limpias y cómo pueden ayudar al entorno y la propia humanidad.
En el mundo actual, plagado de la contaminación ocasionada por el uso exacerbado de los combustibles fósiles, las energías sostenibles y compasivas con el medioambiente se han convertido en la prioridad absoluta. Aquellas energías que tienen su origen en fuentes naturales, son inagotables y se renuevan de manera constante.
Además, no generan emisiones de gases de efecto invernadero ni otros contaminantes que dañan el medioambiente. Por ende, son vistas como una herramienta infalible contra el cambio climático y el calentamiento global.
Pese a su importancia, la mayoría de las personas están comprendiendo la relevancia del uso de las renovables en su etapa adulta. En un planeta con seres humanos cada vez más conscientes de lo que pueden generar los combustibles fósiles y lo que pueden aplacar las energías renovables, los centros escolares se alzan como una oportunidad única para liderar el cambio hacia un futuro más sostenible.
Un país está dispuesto a marcar la diferencia con una estrategia que permite que se entienda la importancia de las renovables desde edades tempranas.
Australia consigue lo que España, China y Alemania no han podido
Mientras están llegando ayudas para desplegar energías renovables en Alcorcón, en Australia ya se tiene claro el enorme potencial de las renovables. Tanto es así que tienen una estrategia para que incluso los más jóvenes contribuyan al cambio: el autoconsumo en escuelas.
Más de 130 colegios han incorporado baterías y energía solar en redes virtuales. Un movimiento que ha tenido como resultado ahorros de más de $800 000 al año.
El objetivo de esta estrategia está claro. Buscan acotar las emisiones contaminantes, ahorrar en costos energéticos e incrementar la resiliencia de los colegios ante posibles interrupciones del suministro eléctrico.
Las escuelas albergan la posibilidad de aprovechar mucho más su propia energía con el uso de baterías. La almacenan en los utensilios destinados para ello para utilizarla después y no tener dependencia del mercado.
Un gran número de proyectos de este tipo se despliegan bajo el concepto de Planta de Energía Virtual (VPP), donde varias instituciones interconectan a su red inteligente sistemas solares y de baterías. La decisión de Australia disminuye facturas y emisiones, pero también fortifica la estabilidad del sistema eléctrico general.
España, China y Alemania miran de cerca el último movimiento de Australia: podría servir de ejemplo
El modelo de autoconsumo de Australia no solo trabaja en la red convencional. Su dominio llega incluso a ubicaciones en las que la conexión a la red es costosa o poco práctica. En esos casos, algunas escuelas han elegido soluciones 100% desconectadas del sistema eléctrico.
Prueba clara es el Atlantis Beach Baptist College, en Two Rocks, Australia Occidental. Con un capital de 250 000 dólares australianos listos para conectarse a la red, el centro académico se decantó por un sistema solar de 20 kW con una batería de 30 kWh.
De esta manera, complementó un termo eléctrico por bomba de calor. Desde el año 2017, realiza su función satisfactoriamente off-grid.
Proyección de futuro del sistema de autoconsumo que ha llegado a Australia: no lo hemos visto ni en España, ni en China ni en Alemania
El progreso que registran las escuelas solares con almacenamiento es mucho más amplio que la reducción de facturas. Supone un cambio estructural tomando como punto de partida un sistema escalable y replicable a nivel global, sobre todo en ubicaciones con una elevada radiación solar.
Con este modelo, los estudiantes aprenden desde su etapa en la escuela y de primera mano, sobre los beneficios de las energías renovables.
Aún no ha llegado a España, China o Alemania, pero sí podría hacerlo en el futuro. Hasta que eso suceda, España debe hacer frente a lo que está sucediendo con Francia y su red de energías renovables.