España se está quedando muy atrás en la conquista del mar. Ya es evidente que necesitamos las renovables para dejar de lado a los contaminantes combustibles fósiles. El mar nos ofrece un refugio energético más allá de las opciones terrestres. Tiene un potencial que se nos escapa a simple vista, eclipsados por su belleza enigmática.
Hay varios tipos de energía que pueden explotarse poniendo nuestra atención en el mar. Por ejemplo, la energía mareomotriz. Este tipo de energía se consigue a partir del aprovechamiento de las mareas. Por medio de plantas mareomotrices, es posible aprovechar el agua del mar para producir una carga eléctrica. Para ello, se utiliza un mecanismo de alternadores.
Cuando la marea sube, las compuertas de la planta se abren y se permite el ingreso del agua. Esa agua queda retenida cuando baja la marea para liberarse con un mecanismo de turbinas que pasan la energía cinética o potencial del agua en electricidad. Otra tipología que tiene mucho potencial en el momento actual es la energía eólica flotante, que aprovecha la fuerza del viento en alta mar.
España está atrasada en la conquista del mar: Portugal y Marruecos van a otro ritmo
Tras saberse que España debe ser más ‘ágil’ en la tramitación de los proyectos para la eólica marina, ha salido a la luz el lugar que ocupa el país ibérico en términos de eólica flotante. Ya ha pasado casi un año desde la aprobación del Real Decreto 962/2024, diseñado para disparar la energía eólica marina en España.
No obstante, la orden ministerial encargada de regular la primera subasta todavía no se ha visto en acción y tampoco existe un calendario oficial con los pasos a seguir. En un sector que avanza más rápido de lo que podemos alcanzar, la falta de movimiento de España comienza a notarse.
La Asociación Empresarial Eólica (AEE) y el Foro Eólico Marino se han unido para enviar un mensaje determinante al Gobierno.
O empieza a tomar medidas o las inversiones se irán hacia otros territorios. Expusieron un comunicado conjunto, donde reclamaron la difusión inmediata de las bases de la subasta y un cronograma que otorgue visibilidad a medio largo plazo.
España sigue esperando a que el sector se mueva, un contexto muy diferente al que se vive en países vecinos, como Portugal, Francia o Marruecos. Estos territorios, ubicados a escasa distancia de España, siguen adelante con la eólica flotante con modelos definidos y proyectos específicos.
A España le podría salir caro su retraso en la eólica flotante
La AEE alerta que la falta de avances podría costarle muy caro a España. Concretamente, más de 7500 empleos en áreas costeras y dejar de aportar más de 2000 millones de euros al año al PIB. Además, España perdería la posibilidad de liderar una tecnología clave, en la que tiene mucho potencial.
El país dispone de capacidades industriales punteras, infraestructuras portuarias, óptimas, experiencia tecnológica y zonas aptas contempladas en los Planes de Ordenación del Espacio Marítimo (POEM).
España tiene una hoja ruta: ahora solo tiene que seguirla
En febrero de 2025, Sara Aagesen, ministra para la Transición Ecológica, comunicó que el Gobierno desplegaría la primera subasta de eólica marina en 2025. Además, expresó que se publicaría una orden con las bases, según consignó el diario Cinco Días.
También se reiteró el deseo de llegar a los 3 GW de capacidad instalada para 2030, como asienta el Plan Nacional Integrado de Energía y Clima (PNIEC). Por ahora, la orden no ha salido a consulta pública. El sector espera con ansias que el Ministerio publique lo antes posible lo prometido.
Mientras España sigue esperando, el escenario global sigue avanzando. El Consejo Global de Energía Eólica (GWEC), el mercado offshore subió un 10% en 2024, ascendiendo a 83,2GW instalados.
Portugal ya está a punto de establecer su modelo de subasta y Francia ya ha procedido a la adjudicación de un proyecto en el Mediterráneo. Además, Francia también prepara cinco parques más en la ubicación del Golfo de Vizcaya.
Desde su lugar, Marruecos ha presentado una iniciativa de 1000 MW en la costa atlántica para 2029. España tiene un gran potencial por explotar que necesita de un ligero “empujón” que podría llegar en cualquier momento. En paralelo, alertan de que los mares se tornarán cada vez más extraños en España y el mundo.