Europa le está plantando cara a China en un terreno donde el país asiático ha demostrado ser experto. Hace un tiempo atrás, se supo que China había activado el aerogenerador más grande del mundo. La compañía Sany Renewable Energy conectó el aerogenerador terrestre más grande del planeta.
Una pieza capaz de generar hasta 56 millones de kWh de electricidad por año. Su impacto fue tal que se descubrió algo inesperado al inicio de sus operaciones. Salió a la luz que sus palas de 131 metros de longitud incidían directamente sobre el microclima de la región.
Altera el entorno y los patrones de viento del área. Concretamente, el modelo es la turbina SI-270150, que ostenta un rotor de 270 metros de diámetro. La turbina comenzó a funcionar a potencia nominal a finales del año pasado. Casi un mes después de su conexión a la red.
Con su puesta en marcha, quedó asentado un nuevo récord global al registrar un rendimiento pleno, dado que en la actualidad no existe otro generador terrestre en funcionamiento con esta capacidad. La historia de la energía eólica podría dar un giro frente al proyecto que Europa tiene entre manos.
Europa no teme a China: busca ganarle en su propio territorio
Tras conocerse los detalles sobre los aerogeneradores perfectos, ha salido a la luz lo que Europa pretende hacer con la energía eólica. El nuevo gigante de la energía eólica dejaría de estar en el país oriental para ubicarse en Alemania. Allí se planea levantar el aerogenerador más alto del mundo.
Alemania ya dispone de la tercera construcción más elevada de Europa. Es el Fernsehturm, la torre de televisión de Berlín, con 368 metros. Corresponde a un faro en la ciudad germana. Continuará siendo la construcción más alta de Alemania, aunque no por mucho.
A 130 kilómetros, cerca de la localidad de Schipkau, han dado inicio obras para construir el aerogenerador más alto del planeta. Si bien sus dimensiones son apoteósicas, uno de los aspectos más llamativos del proyecto es que no es de origen chino (como sí lo son otros proyectos del mismo estilo).
El objetivo es levantar una altura con un centro a 300 metros sobre el nivel del suelo. Contando las aspas, la altura total sería de 365 metros (más cerca de los 400 metros que de los 300). Para alcanzar semejante altura, el diseño tradicional de “palote” no es una posibilidad.
Sus responsables de Gicon han creado un soporte parecido al que se utiliza en las torres de alta pensión, con el matiz de la turbina y las aspas.
Ventajas del aerogenerador eólico que planea Europa
Trabajar a semejante altura alberga dos importantes beneficios. Uno es que la velocidad del viento es mayor y, a nivel teórico, permitiría incrementar la producción eólica un 40%.
No obstante, el propósito no es únicamente el aprovechamiento de vientos más rápidos, sino la posibilidad de producir más electricidad en campos que ya contaban con aerogeneradores.
Se ha establecido esta iniciativa como una producción a tres niveles. Cuenta, además, con paneles solares en el suelo. Estas “herramientas solares” han sido instaladas en terrenos en los que ya había generadores tradicionales.
Como los nuevos aerogeneradores tienen una altura tan significativa, podrían integrarse de forma paralela a los tradicionales. No les quitan viento y optimizan las ganancias.
Perspectiva de futuro del nuevo aerogenerador de Europa
Por ahora, la construcción de este aerogenerador ya ha comenzado. Aunque se tenía previsto que la producción comenzara este año, un leve retraso ha modificado la fecha de inauguración hasta el próximo año. No obstante, la meta es instalar 1000 turbinas de estas características por el país antes de 2030.
Europa reta a China en el campo de la energía eólica. Un monstruo de casi 400 metros de altura podría marcar la diferencia. Mientras este escenario se gesta, el mundo mira maravillado al aerogenerador invisible.