Europa ve llegar una nueva forma de energía que podría cambiar radicalmente el escenario global. Casi todo lo que hacemos requiere energía. El ser humano la necesita para realizar sus funciones diarias. La obtiene al comer y beber alimentos y bebidas. Pero también está la energía externa, que nos permite realizar acciones tan simples y necesarias como apagar o encender la luz.
A lo largo del tiempo, la humanidad ha recurrido a diferentes tipos de energía proporcionados por la Tierra. Las fuentes de energía internas son las que llegan desde el interior de Tierra. Entre ellas, se encuentra el calor de la gravedad. La energía ubicada en el interior de la Tierra permite que los continentes se muevan, con la creación de montañas, grietas y actividad volcánica.
Hay otro tipo de energía que también se da naturalmente en nuestro planeta que se está convirtiendo en la “batería española” del cambio. Europa no deja de mirar su potencial y eso podría dar lugar a un importante cambio de paradigma en el sector energético.
Europa mira para España y un país vecino: la energía que brota de la tierra puede cambiarlo todo
Tras saberse que La Robla (León) albergará una planta de biomasa vegetal y captura de CO2, se ha conocido sobre la nueva “batería” europea. No se caracteriza por llevar litio ni cobalto. Al contrario, proviene del monte andaluz y se quema en térmicas francesas.
Aunque todavía estamos en verano, el reloj ya está corriendo para conseguir abastecimiento energético para los meses de invierno. En este contexto, Francia ha empezado a mirar hacia el sur de España para obtener abastecimiento para sus plantas térmicas y bajar su dependencia del gas.
Lo ha encontrado en la biomasa andaluza. El Puerto de Sevilla será esa “batería” europea de la que todos hablen a partir de ahora. Desde esta ubicación, ha salido una nueva actividad de exportación de biomasa forestal destinada a una planta de producción eléctrica en la región francesa de Provenza y Costa Azul.
A través de una nota de prensa, la Junta de Andalucía ha informado la carga de 4200 toneladas de biomasa, proveniente de tratamientos selvícolas efectuados en montes andaluces y administrada por la compañía Novalis.
Esta ejecución ha quedado encuadrada dentro de un sistema de colaboración público-privada. La meta es ensalzar el valor de los recursos forestales de Andalucía y ubicar la biomasa como una opción energética exportable.
Se avecina un nuevo cambio de paradigma para Europa: todo producto de la “batería” española
Exportaciones como ésta muestran una evidente conversión en la gestión del territorio. Lo que antes se consideraba un residuo o material capaz de provocar un incendio, hoy se ve como un recurso energético limpio, con potencial para que el mundo entero lo demande.
La biomasa leñosa andaluza produce energía renovable con una huella neutra en carbono. Contribuye así a los propósitos de descarbonización de la Unión Europea. Sumado a esto, la selvicultura activa ofrece mejoras en la estructura de los bosques y disminuye la carga vegetal, contribuyendo a la prevención de incendios forestales.
El sistema está basado en la licitación de aprovechamientos forestales en terrenos públicos, sobre todo en áreas de elevado valor ecológico y riesgo de despoblamiento.
Las funciones de limpieza, clareos y tratamientos selvícolas están a cargo de compañías especializadas. Cuando ya está clasificada y astillada, la biomasa se exporta mediante infraestructuras logísticas a instalaciones de energía en Francia, Italia, Dinamarca y Suecia.
Europa ve en la “batería” española un gran potencial
Desde que comenzó esta forma de proceder en 2019, del Puerto de Sevilla han salido más de 400 000 toneladas de biomasa provenientes de madera, corcho y hasta hueso de aceituna. Ahora se destinan a la producción de energía limpia en Europa.
Solo la firma sevillana Novalis ha movilizado más de 100 000 toneladas. Si se agregan las exportaciones desplegadas desde Huelva, Puerto Real o Almería, el total sobrepasa las 640 000 toneladas dirigidas a países del norte y este del continente.
La actividad en el Puerto de Sevilla es solo una muestra del Plan Forestal Andaluz Horizonte 2030, que mueve 300 millones de euros al año para impulsar la administración multifuncional del monte. También se constituirá como la base de una futura Ley de Montes.
En un momento en el que Europa teme la llegada del frío, esta “batería española” exporta energía limpia y gestión forestal activa. Siguiendo esta línea, aseguran que la biomasa retirada del Mar Menor se transformará en soluciones agrícolas sostenibles.