El hidrógeno verde es el camino hacia una energía limpia en 2030. Este es un elemento clave de cara a una transición energética. Por motivo de la convergencia de políticas de apoyo, el crecimiento de la demanda y la reducción de costes, el pronóstico es que represente el 22% de la demanda global de energía para 2050. Se han anunciado inversiones de 320 mil millones de dólares hasta 2030, un avance vital para los sectores con dificultades para descarbonizar el acero. Sumado a esto, la Ley de Reducción de Inflación de Estados Unidos impulsa de forma considerable la economía del hidrógeno, con la promesa de una reducción sustancial de costes y una transformación del panorama energético actual.
Hidrógeno verde: el futuro de la energía
El mundo está en el camino hacia la descarbonización, un plan que depende en gran parte del hidrógeno verde. Es un combustible limpio esencial para industrias como la siderúrgica, que necesitan la energía intensa del hidrógeno. Derivados como el amoníaco, el metanol y el combustible de aviación sintético jugarán un papel fundamental en aplicaciones industriales. La Ley de Reducción de la Inflación (IRA) de Estados Unidos ha hecho que se establezca el compromiso de realizar una inversión de entre 100 y 200 mil millones de dólares para impulsarlo.
Pese a que los costes del hidrógeno subieron un 30% el año pasado, se espera un bajón significativo para el futuro. El anticipo es que el coste del hidrógeno verde disminuya entre 2 y 3 dólares por kilogramo para 2050, gracias a la utilización de energías renovables en el proceso de electrólisis. Una tendencia a la baja en los costes es fundamental para lograr que el hidrógeno verde sea una opción viable y accesible para todos. Las empresas que dominen el sector serán las que actúen primero para conformar el ecosistema óptimo.
Japón, Corea y Europa tienen todo lo necesario para volverse grandes importadores de hidrógeno. Albergan proyectos abiertos para reutilizar infraestructuras que ya existen, como los gasoductos del Mar del Norte y Nord Stream 2, para transportar el hidrógeno.
Así está siendo la expansión del hidrógeno verde
La expansión del hidrógeno verde está creciendo a pasos agigantados en todo el mundo. Más de 1.000 proyectos de hidrógeno fueron anunciados globalmente, incluyendo 684 solo en 2022, agregando un compromiso futuro de 320 mil millones de dólares en inversiones en hidrógeno hasta 2030. Su expansión es la representación de un impulso global hacia fuentes de energía más limpias. El hidrógeno verde es el gran protagonista de este cambio de paradigma.
No obstante, el hidrógeno verde también enfrenta desafíos en el corto y mediano plazo. El principal es conseguir que los proyectos que lo involucran sean viables económicamente hablando. Hasta el momento, unos pocos acuerdos a largo plazo se han concretado. Solo el 10% de los 320 mil millones de dólares invertidos han llegado a la etapa de decisión de inversión final (FID).
Asimismo, el desarrollo de la infraestructura de hidrógeno es más complejo, ya que involucra a varios actores en la cadena de valor, como desarrolladores de energías renovables y refinadores de amoníaco y acero.
Este es el pronóstico del hidrógeno verde
El hidrógeno verde cambiará la industria energética y cumplirá una función especial en el sector de la movilidad. Se espera que la combustión de hidrógeno tenga un papel fundamental en el transporte, sobre todo en áreas en las que la dependencia energética en la cadena de valor eléctrica es motivo de preocupación.
Con el foco puesto en el año 2030 y lo que vendrá después, el hidrógeno verde será crucial en la transición global hacia fuentes de energía más sostenibles.