Las petroleras siguen a lo suyo. Se está debatiendo a nivel europeo la Directiva de Energías Renovables (RED), cuya aprobación puede suponer la eliminación de los biocombustibles insostenibles para el sector del transporte, como los provenientes de cultivos alimentarios o los que contribuyen a la deforestación.
Por este motivo, una coalición de organizaciones medioambientales y sociales europeas, ECODES entre ellas, liderada por Transport and Environment (T&E), anima a los responsables europeos a eliminar el uso de estos biocombustibles como opción para la descarbonización del continente.
Tal y como revela el nuevo estudio llevado a cabo por la consultoría medioambiental Ricardo Energy & Environment para Transport and Environment, no existe esa «gran apuesta» de los productores de petróleo por el hidrógeno como combustible del futuro. Y de hecho, se demuestra que las inversiones de las petroleras destinadas al refinamiento de biocombustibles son ocho veces más elevadas.
No se lo toman en serio
T&E, ECODES y el resto de organizaciones ambientales y sociales de la federación acusan a los productores de petróleo, entre los que se encuentran Shell, BP, ENI, Total, y Repsol, de no tomarse en serio la inversión en combustibles realmente limpios. Y optar, a cambio, por el camino fácil de los biocombustibles insostenibles, manteniendo una actividad altamente contaminante, dañina para la salud de la población y del planeta.
Estas cinco empresas son las que han anunciado y realizado importantes inversiones en combustibles alternativos, aunque los biocombustibles han sido la vía habitual de diversificación para aprovechar la infraestructura existente de almacenamiento, procesamiento y logística de combustibles líquidos.
En los casos en los que desde este sector se invierte en hidrógeno, solo una pequeña parte es verdaderamente “verde”, ya que la mayor parte se destina a reducir la intensidad de carbono de sus refinerías, y no a desarrollar combustibles verdes para contribuir a alcanzar los objetivos de descarbonización del sector del transporte. Las petroleras siguen a lo suyo.
Inversiones ridículas en combustibles ‘verdes’
“Las petroleras nos venden que el hidrógeno es su gran apuesta de futuro, pero en realidad sus inversiones en este tipo de combustible verde son ridículas. En su lugar, se están centrando en su nueva capacidad de refinado de biocombustibles, que no permite abastecer de forma sostenible las necesidades mundiales en materia de transporte. Esta industria no está marcando la diferencia en cuanto a tecnologías limpias», advierte Geert Decock, responsable de Energía y Electricidad de T&E.
Según el estudio, presentado esta misma semana, la demanda de petróleo para el transporte por carretera en la Unión Europea se reducirá casi un tercio en 2035 debido al aumento del número de vehículos eléctricos. A partir de 2035, la demanda de petróleo de este sector seguirá cayendo un 5 % al año. Gran parte de la capacidad actual del sector de las refinerías tendrá que cerrar o reconvertirse para procesar combustibles alternativos para evitar convertirse en activos inmovilizados.
De los 39 000 millones de euros de inversiones previstas en el sector para combustibles alternativos hasta 2030, casi el 75 % se destinará a aumentar la producción de biocombustibles. Solo en nuevas plantas de biocombustibles avanzados (HVO) se invertirán entre 2 000 y 3 000 millones de euros, duplicando la capacidad de producción hasta alcanzar las 10 megatoneladas en 2030. Esta cifra es cuatro veces superior a la que puede obtenerse de forma sostenible en la Unión Europea, según señalan desde T&E.
No buscan soluciones reales
Lucía Rúa, responsable de proyectos de ECODES, explica que “Es probable que esto conduzca a que se disminuya el uso de productos «residuales», como las grasas animales, ya de por sí limitados en otras industrias para poder destinarlos a los biocombustibles, así como a importaciones masivas de dudoso aceite de cocina usado procedente del extranjero”.
Hoy, el sector del refinado de petróleo es uno de los principales consumidores de hidrógeno, principalmente hidrógeno gris, intensivo en carbono y producido a partir de combustibles fósiles. Según el estudio, las petroleras están invirtiendo unos 6.500 millones de euros en el llamado hidrógeno azul «bajo en carbono» para limpiar sus procesos de producción. Es el doble de lo que gastan en producir hidrógeno verde y electrocombustibles, que podrían utilizarse para descarbonizarla aviación y el transporte marítimo.
«Allí donde los productores de petróleo invierten en hidrógeno, la mayor parte se destina a sustituir las sucias operaciones de hidrógeno gris por hidrógeno azul, que sigue utilizando gas fósil contaminante. En lugar de perder el tiempo con soluciones fáciles y a corto plazo, los refinadores de petróleo deberían pasar hoy mismo a producir hidrógeno verde y electrocombustibles para barcos y aviones», concluyó Geert Decock. Las petroleras siguen a lo suyo.