En pleno proceso de transición energética, aparece un panel solar que es más fino que el papel y se dobla. Un invento casi tan revolucionario como el panel solar más potente de la historia que destroza los límites de la física. El año 1839 fue determinante para la historia de la energía. Alexandre Edmond Becquerel descubrió el efecto fotovoltaico, un hecho sumamente importante para el ser humano que tiene incidencia incluso en el momento presente. A raíz de este hallazgo, esta tecnología comenzó a evolucionar y perfeccionarse.
Posteriormente, en el año 1873, Willoughby Smith reconoció el efecto fotovoltaico en el selenio y, años más tarde, el profesor William Grylls Adams vislumbró como se producía una corriente eléctrica con la exposición del selenio a la luz.
Para corroborar este sistema, hizo uso de dos electrodos conectados a una plaquita de selenio y midió el paso de la electricidad cuando estaba expuesta a la luz solar. Estos descubrimientos continuaron su evolución hasta derivar en las primeras celdas fotovoltaicas.
El inventor Charles Fritts diseñó la primera célula con un moderado rendimiento del 1%. Sin embargo, debido a su alto coste, se empleó para otras aplicaciones. En 1946, llegó la primera patente de una célula fotovoltaica de silicio.
El ingeniero estadounidense Russell Ohl la creó y patentó, aunque el impulso real de esta tecnología llegó año más tarde. En los últimos años, la energía solar fotovoltaica ha crecido de forma exponencial hasta alcanzar el momento presente, en el que la humanidad se ve de frente con un panel solar más fino que el papel.
El panel solar más fino que se ha visto cambia radicalmente tus paredes
La última gran innovación vinculada a la energía solar llega desde China, donde unos científicos han desarrollado una célula solar más fina que el papel que mejora la eficiencia. Se trata de una investigación dirigida por científicos de la Universidad de Ciencia y Tecnología de Jiangsu (JUST), una de las más reconocidas del país asiático. Han creado unas células solares flexibles más delgadas que una hoja de papel A4. Transforman la luz en electricidad sin renunciar en ningún momento a la eficiencia.
Un análisis que fue publicado en la revista Nature. En su confección también formó parte la Universidad Curtin, situada en la ciudad australiana de Perth, y la firma china LONGi Green Energy Technology. Estas nuevas celdas solares flexibles de silicio cristalino resaltan porque son mucho más finas y ligeras que sus homólogas convencionales.
Además, muestran un alto rendimiento energético. Su estructura evoca al sándwich, lo que quiere decir que el sustrato de la oblea, que es la capa intermedia, supone más del 99% del grosor de la celda, según los investigadores.
“Hemos desarrollado células de tan sólo 50 micrómetros de grosor -más delgadas que una hoja de papel A4- que se pueden doblar para formar un rollo y son mucho más eficientes que las convencionales”, expresó Li Yang, profesor de la JUST y uno de los científicos partícipes de la investigación.
La energía solar se transforma con este panel solar más fino que un papel
Esta nueva tecnología solar puede enrollarse, por lo que es posible emplearla en una amplia variedad de aplicaciones espaciales, como en los satélites. Los científicos crearon 5 tipos de celdas fotovoltaicas finas en este estudio, de entre 55 y 130 micrómetros de grosor, y todas brindaron un rendimiento por encima del 26%. Ahora, el equipo está focalizado en su próximo objetivo: la creación de células solares flexibles y portátiles que puedan enrollarse en una lámina.
Este panel solar más fino que el papel representa un antes y un después en el sector energético. Un hito que puede compararse con el primer panel solar de titanio, presentado al mundo: es 1000 veces más potente, con un extraño efecto.