El cuidado de nuestro planeta es tarea de la humanidad. Durante años, el ser humano ha tenido la oportunidad de descubrir, y disfrutar, de los recursos que le “regala” la Tierra. Sin embargo, el paso del tiempo ha demostrado que la extracción de ciertos recursos valiosos puede tener como consecuencia severos efectos en el medioambiente.
Es por eso por lo que cada vez son más las naciones y empresas que optan por prácticas sostenibles que permitan obtener recursos, pero cuidado el entorno que nos rodea. La Tierra tiene recursos naturales limitados y la biodiversidad está amenazada por varias actividades humanas. Su devastación no solo afecta a las especies animales, sino a varios ámbitos del planeta. Incluso tiene mucho que ver con varias de las enfermedades que afectan a la salud y el bienestar de las personas.
En este punto, la adopción de energías renovables, en detrimento de los combustibles fósiles, es crucial. Contribuye a aminorar el ascenso del cambio climático, fomenta la innovación y crea puestos de trabajo en sectores verdes. Sin embargo, el sector energético y ambiental en general ha padecido una dura arremetida en el último tiempo, tras informarse de dos decisiones impactantes.
Donald Trump ha tomado una severa decisión sobre su energía: incidirá sobre el planeta
Tras las polémicas declaraciones de Donald Trump sobre los créditos fiscales verdes, ha salido a la luz una de sus últimas decisiones en el ámbito energético. El Presidente de Estados Unidos ha cancelado los planes para desarrollar nuevos proyectos eólicos marinos en aguas federales.
La Oficina de Gestión de Energía Oceánica está rechazando más de 1,42 millones de hectáreas asignadas para la energía eólica frente a las costas de Texas, Luisiana, Maine, Nueva York, California y Oregón, además de Atlántico central.
Se anunció recientemente el fin de la reserva de extensas áreas para el desarrollo eólico especulativo. En 2024, el expresidente Joe Biden anunció un calendario de cinco años para arrendar zonas federales en alta mar. El objetivo anterior era la proliferación de energía eólica.
Donald Trump se ha decantado por firmar varias órdenes ejecutivas dirigidas al incremento de la producción de petróleo, gas y carbón.
Doug Burgum, el secretario de Interior estadounidense, anunció la culminación del trato preferencial a las instalaciones eólicas y solares. Han sido catalogadas como fuentes de energía poco fiables y controladas desde el extranjero.
Donald Trump busca un camino distinto al de las renovables: así plantea su hoja de ruta para el planeta
Asimismo, el departamento también considera el retiro de zonas en terrenos federales con un elevado potencial para la energía eólica terrestre. Esto con el fin de equilibrar el desarrollo energético con otras aplicaciones como lo recreativo y el pastoreo.
La predilección de la agencia de Donald Trump por los combustibles fósiles ha levantado las críticas de científicos y defensores del planeta. El Departamento de Estados Unidos también ha sido el blanco de las críticas por halagar el uso del carbón.
La controvertida decisión que ha tomado Donald Trump con la energía eólica marina se suma al interés del dirigente por la minería submarina. Firmó una orden ejecutiva para fomentar la explotación del fondo del océano, especialmente en lo que tiene que ver con la extracción de minerales críticos.
Qué podría pasarle al planeta
Recurrir a la minería submarina trae consigo fuertes consecuencias, como un daño irreparable a uno de los mejores aliados contra el cambio climático. Los fondos marinos son una reserva considerable de “carbono azul”. O sea, el carbono capturado por los océanos, los ecosistemas costeros y los organismos que habitan en ellos.
Queda almacenado en forma de biomasa y sedimentos en los fondos marinos. Por este motivo, los ecosistemas responsables de la generación de estos sumideros de carbono azul tienen una significativa repercusión sobre el cambio climático, dado que mitigan los efectos de las crecientes emisiones de CO2.
La minería submarina provocaría un impacto severo sobre los procedimientos naturales que almacenan carbono, dado que las máquinas utilizadas acabarían con los fondos marinos. Desprenderían el carbono almacenado en los sedimentos de aguas profundas, aumentando los efectos del cambio climático.
El daño ocasionado a las especies marinas perjudicaría a toda la cadena alimentaria oceánica. También ocasionaría daños irreparables para las especies marinas. Respecto al uso extendido de los combustibles fósiles, podría seguir incentivando el cambio climático.
Estas dos noticias que llegan desde Estados Unidos suponen una dura arremetida para el planeta. Sin embargo, solo el tiempo dirá hasta dónde está dispuesta a llegar la raza humana por aprovechar los recursos naturales. ¿Quieres saber más sobre qué le hace el cambio climático a nuestro planeta? Aquí te ampliamos la información.