El mundo de la energía limpia celebró hace poco la creación de un verdadero gigante. Fue instalado en la costa de China con la promesa de romper todos los récords conocidos de generación eléctrica. Este aparato no solo era enorme, sino que era muy poderoso, pero lamentablemente colapsó como una estrella antes de morir.
Un gigante muy poderoso
Las energías renovables se han vuelto cada vez más populares, porque nos prometen cuidar nuestro planeta, sin embargo, el hecho de que sean populares no significa que siempre sean un éxito, pues los proyectos también pueden fracasar.
Un invento había sido creado para revolucionar la energía eólica con una potencia increíble, capaz de dar electricidad a decenas de miles de hogares por sí solo, pero lamentablemente terminó colapsando como una estrella.
El objetivo de la empresa que lo diseñó era mostrar que la energía eólica puede funcionar incluso en las condiciones más extremas, asegurando un futuro más limpio y abundante para todos, sin embargo, intentar llevar esta tecnología a un nivel tan extremo era un riesgo muy grande.
Construir máquinas tan gigantescas, con aspas que son tan largas como la altura de varios edificios grandes juntos, es un desafío enorme para los ingenieros. Esto pone a prueba los materiales, la forma en que cortan el aire y su resistencia de una manera nunca antes vista.
El gigante tecnológico que falló es el aerogenerador marino MySE18.X-20 MW, y era considerado el más potente del mundo. Era tan grande y poderoso que podía generar electricidad para unas 96 000 personas.
Un aerogenerador que rompía los récords
La empresa que construyó este gigante, se llama Mingyang y reconoció que la máquina falló, pues al menos dos de sus enormes aspas se rompieron y cayeron mientras lo probaban con vientos tan fuertes como los de un tifón.
El rotor era de un tamaño impresionante. Medía entre 260 y 292 metros de punta a punta y su capacidad de generar energía era de 20 megavatios (MW), y se esperaba que produjera más de 80 millones de kilovatios-hora al año.
Estos números lo convertían en el aerogenerador más grande y potente que existía, tan sorprendente como el monstruo de los cielos. El fabricante había asegurado que esta turbina estaba hecha para operar con vientos de hasta 79.8 metros por segundo.
La prueba de fuego extrema
La empresa Mingyang Smart Energy reconoció que el accidente sucedió durante «pruebas muy raras y extremas» que ellos mismos habían planeado. ¿Por qué hicieron esto? Para estar seguros de que el producto funcionaría a la perfección en el futuro, incluso en lo peor.
Pero a pesar de que las aspas se rompieron, la empresa resaltó que la base principal del sistema no falló, y la máquina siguió funcionando a pesar de tener partes dañadas. Por suerte, nadie resultó herido en el incidente.
El reto no está solo en hacer los materiales gigantes, sino en entender y controlar cómo se comporta el viento, las vibraciones y cómo asegurar que todo pueda resistir huracanes y otros desastres naturales extremos.
El futuro se puede mejorar
A pesar de este serio contratiempo, la carrera por hacer turbinas más grandes no se detiene. Mingyang ya está trabajando en una versión aún más poderosa: el MySE 22 MW, que tendrá un rotor de más de 310 metros y usará palas de fibra de carbono para ser más resistente.
Recordemos que la energía eólica marina es un esencial para reducir nuestra dependencia de los combustibles que contaminan nuestro planeta y aunque no podemos negar que este caso es lamentable, los expertos lo ven como una lección de aprendizaje.
El colapso de las palas del aerogenerador más grande del mundo demuestra que la innovación en energías renovables aún enfrenta retos de, pero aunque el fallo fue un golpe duro, es parte del proceso para garantizar que la próxima generación de turbinas gigantes sea lo suficientemente fuerte. Pero no todos los inventos fallan, esta turbina no es la más grande pero está acelerando al viento.
















