La energía solar es la energía radiante que produce el Sol, que básicamente está constituida por la luz y el calor que la estrella emite. Y que tras recorrer los 149.6 millones de kilómetros que separan a ambos astros es responsable de la vida en el planeta. La misma es empleada en la Tierra de las más diversas formas, entre ellas como fuente de energías renovables.
La energía solar es fuente de vida
Según datos proporcionados por la NASA, cada día la Tierra recibe 174 petawatts (PW) de radiación solar sobre la atmósfera superior. El 30% de la misma se refleja en dicha capa y vuelve al espacio. Y el resto es asimilada por las nubes, los océanos y las masas de tierra.
Las superficies terrestres y acuáticas, junto con la atmósfera, absorben la radiación solar, lo que se traduce en el aumento de su temperatura. El aire caliente que contiene el agua evaporada de los océanos se eleva, causando un fenómeno denominado convección.
Cuando este alcanza una altitud elevada, donde la temperatura ambiente es mucho más baja, el vapor de agua se condensa en nubes y provoca lluvia. El calor latente de la condensación del agua aumenta la convección, produciendo el viento que produce energía eólica. La energía absorbida por los océanos y las masas terrestres mantiene la superficie a una temperatura media de 14 ° C.
Las plantas verdes convierten la energía solar en energía química a través de la fotosíntesis, proceso exclusivo del Reino Vegetal. Que necesita la presencia de clorofila (hojas verdes) para lograr la transformación de los sustratos inorgánicos en orgánicos.
El suministro de alimentos de los seres humanos es completamente dependiente de la energía solar. Dado que sin ella es imposible la vida de las diferentes especies animales y vegetales que constituyen la base alimentaria de todos los seres vivos. Desde los microorganismos hasta los grandes mamíferos y todas las plantas. Que además son la principal fuente de O2 del aire que se respira.
Y también fuente de energía
Después de que las plantas mueren, se descomponen en la tierra, por lo que se puede decir que la energía solar proporciona la biomasa que ha creado los combustibles fósiles de los que se viene haciendo uso desde hace siglos.
Los seres humanos aprovechan la energía solar de muchas maneras diferentes: para la calefacción y refrigeración de espacios, para producción de agua potable por destilación, desinfección, iluminación, agua caliente, etc.
Las aplicaciones para la energía solar solo están limitadas por el ingenio humano. Las tecnologías solares se dividen en pasivas o activas dependiendo de la forma en que la energía es capturada, convertida y distribuida. y su desarrollo es una de las principales esperanzas de la humanidad para poder abandonar definitivamente los combustibles fósiles.
Las técnicas solares activas utilizan paneles fotovoltaicos y colectores solares térmicos para aprovechar la energía solar. Las técnicas pasivas incluyen orientar un edificio al Sol, seleccionar materiales con propiedades de masa térmica y utilizar materiales con propiedades de dispersión de la luz.
La energía solar es una fuente de energía renovable que además nunca será obsoleta, no puede ser controlada por poderes extranjeros y no se agotará. Incluso cuando el Sol consuma toda la masa de hidrógeno que lo compone, producirá energía utilizable hasta transformarse en una gigante roja.