El tomate de España podría convertirse en el futuro de la humanidad. Se ha descubierto que puede hacer algo inédito con el Sol. Si el uso de efluentes de cultivos como el tomate para desarrollar microalgas logró sorprenderte, no puedes perderte lo que viene a continuación. Cada vez son más los estudios que aparecen en escena y ensalzan el uso de la agrovoltaica. La definen como una manera de aprovechar el suelo y de mejorar la calidad de vida de los cultivos. De forma general y resumida, la energía agrovoltaica podría definirse como la unión de agricultura y energías renovables.
Su razón de ser es aprovechar al máximo el rendimiento tanto de la generación de energía como de productos agrícolas de ese mismo terreno. Por ejemplo, España es un país con muchas horas de sol, por lo que la instalación de paneles fotovoltaicos en el mismo espacio donde se cultiva es idónea para obtener energía solar limpia y altamente eficiente que, al mismo tiempo, favorece las cosechas. Los mismos paneles las cobijan, disminuyendo la radiación y la evapotranspiración entre el suelo y las plantas.
El agua que se utiliza para conservar la limpieza de las placas solares no se desperdicia, ya que también se utiliza para nutrir los cultivos. Por todo esto, debido a la rentabilidad que brinda la energía solar, actualmente son muchas las compañías agrarias las que exploran esta forma de energía.
Además, juega un papel positivo vital en el Pacto Verde Europeo: baja la emisión de gases de efecto invernadero, permite ahorrar agua manteniendo la misma producción, genera energía verde para autoconsumo y mejora la eficiencia y el rendimiento.
España, en el punto de mira: su tomate podría ser justo lo que la humanidad necesita
La energía agrovoltaica está ascendiendo en el sector como una solución vanguardista que combina la producción de energía solar con acciones agrícolas en un mismo terreno. En este contexto, un reciente estudio de la Universidad de Exeter (Reino Unido) ha efectuado un análisis acerca de su viabilidad, agregando la generación de hidrógeno como un tercer elemento en este sistema.
Los resultados arrojan que esta modelo no solo optimiza el uso del hidrógeno, sino que además mejora la calidad de los cultivos e impulsa la sostenibilidad energética. El informe hizo la simulación de una granja agrovoltaica de 1 GW de capacidad solar en 5 localizaciones estratégicas: Australia, California, China, Nigeria y España.
Estas zonas del mundo fueron cuidadosamente seleccionadas por su elevada demanda proyectada de hidrógeno, además de su proximidad a núcleos urbanos y carreteras principales, lo que disminuye el coste logístico vinculado al transporte del hidrógeno generado. España, por ejemplo, resalta por su alta radiación solar y una red logística favorable.
Dicho sistema combina diferentes elementos tecnológicos avanzados. La instalación simulada dispuso más de dos millones de módulos solares bifaciales monocristalinos, cada uno con una potencia de 440 W, y tiene 200 inversores con una capacidad nominal de 500 kW.
Estos paneles se ubicarían con una inclinación de 20 grados, ocupando una zona de más de 5 millones de metros cuadrados. Sumado a esto, incluiría 300 electrolizadores de membrana de intercambio de protones, que transforman agua en hidrógeno empleando la electricidad producida por los paneles solares.
El análisis cataloga a los tomates como el cultivo ideal para implementar sistemas agrovoltaicos. Pese a ser una planta poco tolerante a la sombra, su rendimiento bajo paneles solares se registró con cifras superiores a las esperadas, debido a las condiciones microclimáticas producidas por los paneles.
El tomate de España pasa a ser uno de los bienes más preciados para la energía
Los paneles disminuyen la radiación solar directa, moderan las temperaturas altas y suben la humedad, todos factores que benefician el desarrollo del cultivo. El hidrógeno es vital en este proyecto. Los electrolizadores generan hidrógeno a partir de agua usando energía solar, y este se almacena para utilizarlo después como combustible en vehículos eléctricos que recurren a celdas de combustible.
Bajo estas circunstancias, el tomate de España podría pasar a ser visto como el futuro de la humanidad. Una postura completamente alineada con el EKOMercado de Navarra, donde la estrella fue el tomate.