“España está en camino de convertirse en el primer estado miembro de la Unión Europea que tiene un sitio natural declarado Patrimonio de la humanidad por la Unesco a punto de ser eliminado de tal lista, por culpa de las amenazas ambientales que enfrentan los humedales costeros de Doñana situados en Andalucía.”
Increíble pero cierto
El parque nacional, que está cerca del estrecho de Gibraltar, ofrece refugio a 4.000 especies de vida silvestre, incluyendo los flamencos y el lince ibérico, el felino que está en mayor peligro de extinción del mundo. También es paso obligado de millones de aves migratorias.
La triste historia de Doñana es que desde el comienzo del siglo XX el 80 por ciento de la marisma y el 90 por ciento de los lagos poco profundos de temporada se han perdido irremisiblemente y los ecologistas afirman que, si no se toman medidas ya, el resto del parque parece tener el mismo destino.
El complejo de humedales de Doñana se extiende por más de 100.000 hectáreas. Sin embargo, sólo una parte del mismo tiene la condición de patrimonio mundial y nacional, por lo que el resto es una reserva natural donde se permiten actividades como la agricultura sostenible.
De hecho, en una parte de la reserva y la zona exterior se produce el 70 por ciento de todas las fresas cultivadas en España y muchas familias dependen de ellas, ya que son su medio de vida. Pero los ecologistas sostienen que existen más 1.000 pozos ilegales y 3.000 hectáreas de granjas ilícitas que han surgido en los últimos años.
Amenazas ciertas
El informe de la Unesco del año pasado sobre Doñana enumeró una serie de preocupaciones importantes, incluyendo como una de las principales el plan de la autoridad portuaria de Sevilla para el dragado del Guadalquivir que permitiría a grandes buques de carga y cruceros navegar por el río.
Por otro lado, alertan de la amenaza que pesa sobre el parque la designación de la zona como un «sitio de almacenamiento estratégico de gas» y la decisión de permitir el grupo México-Minorbis reabrir una mina que provocó una de las mayores catástrofes ambientales de España en 1998, cuando cinco millones de metros cúbicos de lodos tóxicos fueron vertidos en el río Guadiamar en Aznalcóllar.
El WWF advirtió que los humedales de Doñana actúan como un refugio importante para las aves migratorias que viajan desde Europa a África y ahora sólo recibe una quinta parte del agua que necesitan, en parte debido al cultivo ilegal.
Ante esta realidad, la perspectiva es que las actividades mineras, de gas y el dragado podrían empeorar aún más el estado de los humedales, por lo que entienden que se deben buscar soluciones que preserven este sitio, en vez de seguir dañándolo.
El proyecto de dragado del río Guadalquivir para dar profundidad a sus canales de entrada y salida al puerto de Sevilla, sería una perturbación más para el ecosistema, ya que atraería más agua salada a los humedales, Dicho plan fue detenido por el Tribunal Supremo, pero las organizaciones ecologistas entienden que debe ser cancelado definitivamente.
Y además: ¿una mina?
A la empresa de servicios públicos de Gas Natural Fenosa se le ha dado permiso para usar depósitos de gas natural agotados que se encuentran en la zona, como sitios de almacenamiento subterráneo para consumo posterior, lo que implicará la construcción de aún más tuberías en una zona ya de por sí extremadamente frágil.
La compañía señala que proyectos similares se han llevado a cabo con seguridad en otras partes del mundo, algunos de ellos en áreas protegidas como el parque natural de Luberon de Francia. Pero en realidad nadie puede asegurar que no vaya a haber algún tipo de impacto ambiental en un sitio que está ya en franco declive.
Pero a los ecologistas también les preocupa que se plantee siquiera la reapertura de la cercana mina de Aznalcóllar, que ya protagonizó hace casi 20 años un accidente de volcado de residuos de los que los humedales se salvaron por muy poco.
¿Qué se va a hacer?
Se le ha dado al gobierno un plazo que culmina el 1 de diciembre para explicar cómo se va a preservar el parque nacional, bajo la amenaza de que la reserva deje de ser Patrimonio de la Humanidad y se la recalifique, colocándola en la lista de los lugares “en peligro” de desaparecer.
La sugerencia de los ecologistas apunta a que el proyecto de dragado debe ser desechado y que el gobierno debe ocuparse de encontrar y cerrar los pozos y granjas ilegales. La respuesta del Ministerio de Medio Ambiente de España no se hizo esperar.
Explicaron que cada uno de los proyectos que involucran a Doñana o sus fue sometido a una evaluación de impacto ambiental rigurosa y señaló que los humedales han sido incluidos en la lista verde de la naturaleza de la Unión Internacional para la Conservación que reconoce la buena gestión de los espacios naturales.
Por otra parte, añadieron que están tratando de resolver el problema del agua y que creen que su gestión y sus planes de conservación de los humedales de Doñana, merecerán la aprobación de la UNESCO, cuando los presenten en diciembre.