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viernes, junio 9, 2023

Los terremotos lentos ayudan a comprender la formación de tsunamis

A través de un programa de descubrimiento de océanos apoyado por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) estadounidense, los científicos están estudiando el fondo marino frente a la costa de Japón, una región que podría proporcionar pistas vitales.

Entender los terremotos de «deslizamiento lento» en el fondo marino está dando a los investigadores nuevos conocimientos sobre los terremotos submarinos y la subsiguiente creación de tsunamis.

A través de un programa de descubrimiento de océanos apoyado por la Fundación Nacional de Ciencias (NSF, por sus siglas en inglés) estadounidense, los científicos están estudiando el fondo marino frente a la costa de Japón, una región que podría proporcionar pistas vitales.

Dos placas tectónicas, la Placa del Pacífico y la Placa Euroasiática, se encuentran allí, con la placa pacífica deslizándose debajo de la placa eurasiática. Estas zonas de subducción se asocian con frecuencia a grandes terremotos. «Esta área es la parte más superficial del sistema de límites de placas –dice Demian Saffer, geocientífico de la Universidad Estatal de Penn–. Si esta región cerca de la fosa oceánica se desliza en un terremoto, tiene el potencial de generar un gran tsunami».

Saffer y Eiichiro Araki, científico investigador de la Agencia Japonesa de Ciencia y Tecnología Marino-Terrestre, publican los resultados de sus investigaciones sobre el límite de la placa en el número de esta semana de la revista ‘Science’. Los resultados son importantes para entender el riesgo de tsunami, según James Allan, director del programa de la División de Ciencias Oceánicas de la NSF.

«Este tipo de olas pueden afectar a la vida de cientos de miles de personas y llevar a daños de miles de millones de dólares, como ocurrió en el sudeste de Asia en 2004 –apunta Allan en un comunicado–. Esta investigación subraya la importancia de los estudios científicos basados en la perforación y de la recogida de datos oceanográficos y geológicos durante largos periodos de tiempo».

La zona del terremoto de la frontera de la placa de la costa de Japón forma parte del «anillo del fuego» que rodea el Océano Pacífico. Una vez que el extremo de una placa se desliza -subducción– por debajo de otra alcanza una cierta profundidad y el material de la placa descendente se funde, formando volcanes que a menudo se encuentran en tierra. El Monte Santa Elena en Estados Unidos es uno de estos volcanes, como el Monte Fuji en Japón.

En 2009 y 2010, los científicos del proyecto NanTroSEIZE (‘Nankai Trough Seismogenic Zone Experiment’) de IODP (‘Integrated Ocean Drilling Program’, ahora el ‘International Ocean Discovery Program’) perforaron dos pozos en el valle de Nankai, al suroeste de Honshu, Japón. Los agujeros se realizaron a bordo de un buque de perforación científica. En 2010, también desde una nave de perforación científica, los investigadores instalaron instrumentos de monitoreo en los agujeros como parte de una red que incluye sensores en el fondo marino. NSF financia el IODP.

Los dos pozos están a 6,6 millas (10,64 kilómetros) de distancia, bordeando el límite del último gran terremoto en esta área, que ocurrió en 1944 y fu de una magnitud de 8,1. El tsunami resultante, que afectó a Tokio, tenía 26 pies (casi 8 metros) de altura. Las investigaciones demuestran que los terremotos lentos son una parte importante del deslizamiento de fallas y de que se produzcan terremotos en los límites de la placa tectónica. Pueden explicar donde se acumula parte de la energía en una falla o una zona de subducción.

EL 50% DE LA ENERGÍA DEL ÁREA DE SUBDUCCIÓN SE LIBERA EN TERREMOTOS LENTOS

«Hasta que hemos tenido estos datos, nadie sabía si el cero por ciento o el cien por ciento de la energía en la zona de subducción poco profunda se disipaba por los terremotos lentos», dice Saffer. Los científicos descubrieron que alrededor del 50 por ciento de la energía se libera en terremotos lentos y el restante 50 por ciento podría absorberse en un acortamiento permanente de una de las placas o almacenarse para el próximo terremoto dentro de 100 o 150 años.

«Todavía no sabemos cuál es el caso, pero marca una gran diferencia para los peligros del tsunami –subraya Saffer–. El deslizamiento lento podría reducir el riesgo de tsunami al aliviar periódicamente el estrés, pero probablemente sea más complicado que actuar como un amortiguador».

Los investigadores descubrieron una serie de eventos de deslizamiento lento donde se encuentran las placas tectónicas en dirección al mar de un área con terremotos recurrentes de magnitud 8. Algunos de ellos fueron desencadenados por terremotos no relacionados y algunos ocurrieron espontáneamente. Este grupo de terremotos lentos se repitió cada entre 12 a 18 meses. «Descubrimos terremotos lentos de magnitud 5 o 6 en la región que duran de días a semanas», afirma Saffer.

Estos terremotos normalmente pasan desapercibidos porque son muy lentos y lejanos. Los investigadores también señalan que debido a que los terremotos que se producen a cierta distancia de esta zona de subducción pueden provocar terremotos lentos, el área es mucho más sensible de lo que se pensaba anteriormente.

ep

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