El colectivo ecologista Eguzki ha manifestado su rotundo rechazo al proyecto de cultivo de algas marinas propuesto por el Gobierno Vasco en la cala Agiti, situada en el litoral donostiarra. Según Eguzki, esta iniciativa, presentada como una alternativa sostenible y una oportunidad para el desarrollo de la economía azul, oculta riesgos ambientales significativos y amenaza la integridad ecológica de una de las pocas zonas costeras que aún conserva su carácter natural.
Consideran que el proyecto, aunque se enmarque en estrategias de aprovechamiento de recursos marinos, no responde a las verdaderas necesidades de conservación del litoral y que la cala Agiti es un espacio de alto valor ecológico y paisajístico, donde confluyen hábitats de gran diversidad biológica, y donde la presión humana ya es considerable.
Por una cala Agiti libre de cultivo de algas
El colectivo ecologista Eguzki ha reclamado al Gobierno Vasco que desestime el proyecto de cultivo de algas previsto en la cala Agiti de San Sebastián y que «acometa de una vez» la restauración de esta zona, en la que existe una piscifactoría de rodaballos abandonada.
La plataforma conservacionista explica en una nota que ya ha presentado alegaciones al proyecto de la empresa Blue Reef Algae para cultivar algas en estas instalaciones, situadas a pie de mar en el monte Igeldo, y que ha sido puesto a información pública por la Dirección de Pesca del Gobierno Vasco. Eguzki recalca que el proyecto «está incompleto e insuficientemente maduro», razón que, a su entender, «debería ser más que suficiente para que el Gobierno no le conceda autorización».
La plataforma recuerda que ya han pasado 19 años desde que esta instalación, hoy en ruinas, cesó su actividad y 14 desde que caducó la concesión que permitió construir la planta en el dominio público marítimo-terrestre y su zona de servidumbre de protección. Asimismo, recuerda que en 2012 la Agencia Vasca del Agua (URA) también consideró que «se deberían desmontar todas las instalaciones de la planta, llevando a cabo la restauración de la calidad ambiental y paisajística de la zona y recuperando el carácter natural de la playa y su entorno».
«Así las cosas -añade Eguzki-, lo que toca después de tantos años es acometer de una vez por todas la restauración ambiental que, por otra parte, es lo que prevé la ley una vez caducada la concesión». Señala además que el pasado mes de mayo tanto las Juntas Generales (JJGG) de Gipuzkoa como el Ayuntamiento de San Sebastián aprobaron sendos acuerdos para instar al Gobierno Vasco a «iniciar a la mayor brevedad» los trámites para la restauración ambiental de la cala.
Por este motivo, pide a ambas instituciones que, consecuentemente con estos acuerdos, «hagan oír su voz» ante el Gobierno Vasco «para que desestime el proyecto de cultivo de algas y acometa de una vez la restauración».
Opina, en este sentido, que la concesionaria original debería ser la responsable de «levantar y retirar» las instalaciones de la piscifactoría, al tiempo que insiste en que «sería una negligencia onerosa para las arcas públicas» que las administraciones correspondientes hiciesen dejación dejación de su potestad para reclamar a la empresa la restauración de la zona.