Nuevo censo

Ese crecimiento ha sido tan grande gracias al buen trabajo de selección de las zonas de reintroducción. En estas cuatro poblaciones, todas las hembras que nacían se han estado asentado y criando al año siguiente. Pero ahora estamos llegando a su máxima capacidad de carga, por lo que es de vital importancia crear nuevas poblaciones.
En este sentido, otras de las novedades es que en este censo ya está incluida la suelta de linces en Sierra Arana, que se hizo en diciembre. Y en febrero se comenzó a reintroducir linces en una nueva población en Murcia. Con lo que, previsiblemente, el año que viene aumentará el crecimiento de las poblaciones. El lince podría salvarse de la extinción.
Un trabajo colaborativo de largo recorrido
Los cambios de uso del suelo y sobre todo la escasez de su fuente de alimentación principal debido a diversas enfermedades que aniquilaron las poblaciones del conejo en España, produjeron un descenso de la población de lince, llevándola al borde de la desaparición con apenas un centenar de ejemplares (94).
Por ello, desde 2002, se han puesto en marcha diversas iniciativas de conservación sobre el terreno, con apoyo de los fondos europeos, LIFE y un potente programa de cría en cautividad. Cuyo trabajo combinado después de más de dos décadas, han convertido la recuperación del lince en un éxito mundial de conservación.
En los últimos 25 años, hemos contribuido a la recuperación de la especie, actuando in extremis en los últimos núcleos de población, trabajando directamente sobre el terreno a través de acuerdos de custodia con las fincas cinegéticas donde sobrevivían los últimos linces en Sierra Morena, Montes de Toledo y Doñana.
Además de actuar como socios en los sucesivos proyectos Life, actualmente mantenemos acuerdos de custodia con 18 fincas (en más de 25.000 hectáreas que albergan unos 12 territorios de hembras con cachorros). Desarrollando trabajos de mejora de hábitat y recuperación de las poblaciones de conejo y participando en el seguimiento científico de la especie.
Este éxito ha sido posible gracias al trabajo colaborativo de múltiples actores: desde la administración, liderando los proyectos, como las ONG de conservación, el sector cinegético, incluso en algunos casos, el sector agrícola.
Sin embargo, para alcanzar una población totalmente viable y fuera de peligro hay que llegar a los 3.000-3.500 individuos, de los cuales 750 deberían ser hembras reproductoras. En este sentido, esta cifra ha pasado de 239 ejemplares en 2021 a 326 hembras territoriales.
A mitad de camino de la salvación
Los 1.668 linces son prácticamente la mitad del camino para alcanzar el objetivo de salvar la especie. Para ello, también es necesario crear seis poblaciones más. Y eso requiere un trabajo previo, de localizar zonas con buenas densidades de conejo, zonas con un buen hábitat y sobre todo donde haya una buena aceptación social.
Para seguir impulsando la recuperación de la especie y potenciar la conexión entre las poblaciones, la Comisión Europea aprobó en 2020 el proyecto ‘Life LynxConnect: creando una metapoblación de lince ibérico genética y demográficamente funcional‘. El proyecto coordinado por la Junta de Andalucía, en el que participan 21 socios, entre ellos, comenzó en 2020 y continuará hasta final del 2025, ya ha cosechado sus primeros frutos.
Paralelamente a estos esfuerzos y para garantizar la supervivencia del lince, recordamos que es primordial erradicar amenazas como los atropellos y el furtivismo, que amenazan con dinamitar los progresos alcanzados. El lince podría salvarse de la extinción.