Los ecologistas han solicitado a los organismos competentes la evaluación, control y supervisión de las aguas ante el grave riesgo de contaminación de los acuíferos en las zonas afectadas por los incendios de León, que modifican sustancialmente las características originales del agua y de su consumo humano.
Se pide que se evalúe y supervise el estado actual y futuro de los acuíferos de las zonas afectadas por los incendios, y que se implemente un riguroso cumplimiento de la normativa vigente.
Los acuíferos de León en riesgo de contaminación
Los ecologistas han advertido este martes del grave riesgo de contaminación de los acuíferos en la provincia de León como consecuencia de los incendios forestales registrados el pasado agosto, y ha solicitado a los organismos competentes una evaluación urgente del estado actual y futuro de las aguas subterráneas en las zonas calcinadas.
La organización ecologista ha remitido sendos escritos a la Dirección General de Minas de la Junta de Castilla y León —responsable de la concesión y gestión de las aguas minerales— y a la Confederación Hidrográfica del Duero (CHD), como organismo competente en materia de aguas, para exigir la supervisión y control de los acuíferos afectados por los incendios.
Las cenizas elevan el pH, modificando su equilibrio químico, mientras que los residuos de la combustión, que pueden contener metales pesados como antimonio, arsénico, mercurio, plomo, cadmio o cromo, así como nitratos e hidrocarburos aromáticos policíclicos como el cancerígeno benzopireno, son arrastrados por la lluvia e infiltrados en el subsuelo, contaminando los acuíferos durante largos periodos.
El problema del arrastre y la infiltración
A esta situación se suma la pérdida de vegetación, que reduce la capacidad de infiltración y evapotranspiración, ralentizando la recarga natural de los acuíferos. Los ecologistas han explicado que esta contaminación puede comprometer la calidad del agua destinada al consumo humano y, en particular, la de los manantiales con Declaración de Agua Mineral Natural (DAMN), que deben cumplir estrictos parámetros fisicoquímicos para su comercialización.
En la actualidad, en la provincia de León existen dos proyectos en fase de solicitud de aprovechamiento dentro de las zonas afectadas por los incendios: la planta de Bezoya-Jamuz en Quintanilla de Flórez y el manantial de La Borrazal en Pobladura de la Sierra. La asociación considera que es previsible que las condiciones que motivaron la concesión de las DAMN hayan sufrido un deterioro significativo, quedando fuera de los parámetros exigidos.
Por ello, los ecologistas han solicitado la suspensión cautelar de las actuales Declaraciones de Agua Mineral Natural y de los procedimientos de solicitud en curso, así como su revocación en caso de comprobarse que las aguas ya no cumplen con los requisitos establecidos.
La organización ecologista ha apelado al principio de precaución y ha reclamado un seguimiento riguroso del estado de los acuíferos durante todo el tiempo que pueda prolongarse el proceso de contaminación, con el fin de garantizar la protección de los recursos hídricos y la salud pública.
Dejaron clara la importancia de comprobar el estado actual de las aguas, así como su evolución durante el tiempo que pueda durar el proceso de contaminación, por lo que solicitaron suspender cautelarmente las actuales Declaraciones de Agua Mineral Natural, entre otras medidas. EFE / ECOticias.com