Un grupo de 18 Estados miembros de la Unión Europea (UE) mandaron una carta a la Comisión Europea el pasado viernes en la que instaron a volver a simplificar y aplazar la aplicación de la ley europea de deforestación, prevista para finales de este año.
Los países firmantes son Austria, Bulgaria, Croacia, Eslovaquia, Eslovenia, Estonia, Finlandia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Polonia, Portugal, República Checa, Rumanía y Suecia, principalmente por parte de sus ministros de agricultura pertenecientes a la derecha o la ultraderecha.
El pasado mes de abril el Ejecutivo Europeo publicó aclaraciones y medidas para simplificar la aplicación de su normativa pionera para evitar que las importaciones de ciertas materias primas y productos derivados como el aceite de palma, el vacuno, la soja, el café, el caucho, la madera o el chocolate generen deforestación en terceros países.
Por si esto fuera poco, antes de la votación, el eurodiputado Alexander Bernhuber del PP europeo (PPE) presentó una enmienda que cuestiona los criterios de clasificación de riesgos esenciales para la aplicación de la ley porque introduce una categoría de «riesgo insignificante o riesgo nulo» que no aparecía en el texto legal del EUDR.
Con medidas ‘tibias’ la deforestación en terceros países continuará
WWF alerta de que la votación de ayer en el Parlamento Europeo en la que se ha aprobado una enmienda al sistema de evaluación comparativa de países de la Comisión Europea en el marco del Reglamento de la UE sobre Deforestación (EUDR)representa una medida irresponsable contra una de las leyes medioambientales más emblemáticas de la UE.
Según la ONG, la aplicación de esta enmienda exigiría una revisión de la ley, lo que retrasaría aún más su aplicación, supondría más cargas para las empresas que ya han establecido sistemas y socavaría la seguridad jurídica que las empresas necesitan urgentemente. También debilitaría la capacidad de la UE para actuar con decisión ante la pérdida del clima y la biodiversidad y la vulneración de los derechos humanos de las comunidades más afectadas por esta problemática.
«El Parlamento parece estar ciego ante la actual crisis climática, poniendo en riesgo la credibilidad del Reglamento Europeo de Deforestación Importada (EUDR) y el liderazgo climático de la UE, y enviando una señal equivocada en el peor momento posible, cuando las tasas de deforestación mundial están fuera de control», ha declarado Anke Schulmeister-Oldenhove, Directora de Bosques de la Oficina de Política Europea de la organización. «La Comisión Europea debe ahora mantener el rumbo y aplicar el Reglamento, y no dejarse distraer por estas poses de grupos conservadores y de derechas».
La votación llega en un momento crítico. Solo en 2024, en la Amazonía se han registrado más de 140 000 incendios, y cada minuto se pierden 30 campos de fútbol de bosques en el mundo. La deforestación no solo daña el medio ambiente, también pone en riesgo la agricultura, la seguridad alimentaria, los derechos humanos y el clima.
El año pasado fue uno de los más calurosos jamás registrados, con incendios, inundaciones y sequías. Todo esto muestra la urgencia de aplicar con firmeza el Reglamento de la UE sobre Deforestación (EUDR), porque los bosques son una de nuestras mejores defensas frente a la crisis climática.
«Este Reglamento fue un logro histórico -respaldado por 1,2 millones de ciudadanos, numerosas empresas y organizaciones de la sociedad civil- que demostró que la UE se toma en serio la limpieza de sus cadenas de producción y suministro.
Debilitarla ahora no solo es irresponsable, sino que está peligrosamente fuera de sintonía con la ciencia y las expectativas públicas, poniendo en duda la voluntad de los Estados miembros y las instituciones de la UE de actuar realmente contra la deforestación. Cualquier marcha atrás ahora, bajo la presión de intereses políticos estrechos, corre el riesgo de erosionar ese legado antes incluso de que comience su aplicación», concluyó Anke Schulmeister-Oldenhove. ECOticias.com