Cuando hablamos de impactos y daños en el medio marino, a menudo pensamos en plásticos o en la sobrepesca, pero hay una amenaza menos visible que empieza a tomar fuerza desde los últimos años: la minería submarina. A más de 200 metros de profundidad, en los fondos marinos profundos, se estudia la viabilidad de una actividad extractiva con el potencial de transformar por completo los ecosistemas más allá de nuestra vista.
La minería submarina es la actividad de extraer y excavar depósitos minerales del fondo marino profundo. El fondo marino profundo se sitúa a más de 200 metros de profundidad y cubre aproximadamente dos terceras partes del fondo oceánico total.
Esta región, una de las más amplias y menos exploradas del planeta, desempeña un papel fundamental en el equilibrio de los ecosistemas marinos. Ante el agotamiento de los recursos minerales terrestres y el incremento de la demanda de metales, la minería submarina se está considerando como una posible alternativa para abastecer materiales esenciales, especialmente para la producción de equipamientos destinados en las energías renovables.
La ONG ha ideado una forma de protestar contra la minería submarina: un enorme pulpo rosa que ya se ha visto en capitales de Europa como Londres o París y con el que se manifiestan para concienciar a los ciudadanos y a los políticos acerca de los peligros que conllevaría la destrucción del fondo marino.
Dejad en paz los fondos marinos
La ONG ambientalista internacional Greenpeace colocó hoy lunes sobre las escaleras del célebre edificio berlinés del ‘Reichstag’, sede de la Cámara Baja del Parlamento alemán o ‘Bundestag’, un pulpo hinchable gigante para protestar contra la minería en aguas profundas con motivo del inicio de las deliberaciones internacionales sobre ese sector. «Paren la minería en aguas profundas», indicó una de las pancartas que llevaba la quincena de activistas que protestaba en Berlín junto al hinchable, de unos diez metros de altura.
La protesta tuvo lugar el mismo día en que la Autoridad Internacional de los Fondos Marinos (ISA, por sus siglas inglesas), organización con sede en Kingston, la capital jamaicana, inicia su reunión de representantes de 170 países, en la que hasta el próximo 25 de julio debatirán sobre un eventual inicio de la minería en aguas profundas a nivel global.
El impulso de esta actividad económica se ha convertido en una de las prioridades de Gobiernos como el de Estados Unidos, desde el que se quieren «tomar medidas inmediatas para acelerar el desarrollo responsable de los recursos minerales de los fondos marinos«, según señaló una orden ejecutiva firmada el pasado mes de abril por el inquilino de la Casa Blanca, Donald Trump.
Minería submarina: la nueva fiebre del oro
De acuerdo con la ONG, los fondos marinos se han convertido «en el objetivo de una nueva fiebre del oro» en la que «la industria minera de los fondos marinos quiere extraer allí metales raros», algo que ha llevado a esta y otras oenegés a protestar y protagonizar acciones como la que tuvo lugar frente al edificio del ‘Bundestag’.
Entre otras cosas, la quincena de activistas pidió junto a su pulpo gigante -organismo que en la vida real habita los fondos marinos– una moratoria contra la minería en aguas profundas, además de un compromiso explícito de Alemania de que no autorizará esta actividad.
«El Gobierno alemán tiene que comprometerse claramente contra el inicio de la minería de aguas profundas para evitar daños irreversibles en los fondos marinos», dijo Anna Saito, experta de la ONG en minería de aguas profundas, en un comunicado.
«Debemos proteger este hábitat aún intacto de intervenciones precipitadas y destructivas«, manifestó Saito. La organización reprocha a Alemania las actividades prospectivas del Instituto Federal de Geociencias y Recursos Naturales (BGR). El BGR y la empresa estadounidense Impossible Metals quieren iniciar pruebas para la explotación minera en el océano Pacífico el próximo año. EFE / ECOticias.com