Una reserva hídrica es un gran «banco de agua», pues conserva una gran cantidad de este líquido elemento para el desarrollo del ecosistema que lo circunda (incluidos los humanos) y lo hace en embalses destinados a ese fin, que van variando de caudal según la influencia de varios factores.
Entre los más destacables está el nivel de precipitaciones que tenga el área en la que se halla dicho embalse, que será menor conforme las zonas sean más tropicales. Estas precipitaciones no solo influyen de forma puntual, sino que resulta fundamental que haya una continuidad, puesto que la carencia de lluvias es el primer paso hacia la sequía.
La reserva hídrica española está al 70,5% de su capacidad total. Los embalses almacenan actualmente 39.493 hectómetros cúbicos (hm³) de agua, disminuyendo en la última semana en 1376 hm³ (el 2,5% de la capacidad total actual de los embalses).
La reserva por ámbitos es la siguiente:
- Cantábrico Oriental se encuentra al 80,8%
- Cantábrico Occidental al 81,6%
- Miño-Sil al 81,7%
- Galicia Costa al 63,9%
- Cuencas internas del País Vasco al 90,5%
- Duero al 78,9%
- Tajo al 78,8%
- Guadiana al 66,5%
- Tinto, Odiel y Piedras al 86%
- Guadalete-Barbate al 50,5%
- Guadalquivir al 54,8%
- Cuenca Mediterránea Andaluza al 54,7%
- Segura al 30,2%
- Júcar al 59,8%
- Ebro al 82,1 %
- Cuencas internas de Cataluña al 78,3%
Las precipitaciones han afectado considerablemente a toda la península. La máxima se ha producido en Daroca I con 47,6 mm (47,6 l/m²).
La situación de las cuencas, en hectómetros cúbicos, se detalla en el cuadro adjunto:
