La primera gran diferencia con el vehículo de carburante es que reducen notablemente las emisiones de CO2. Y es precisamente en esa filosofía de transporte «verde» en la que se ha embarcado ahora el Ayuntamiento de Gijón a través de un consorcio que reúne a las iniciativa privada y pública para llevar a cabo una investigación sobre los vehículos eléctricos. Es el «Living Car», un proyecto empresarial liderado desde Gijón en torno al diseño y comercialización de puntos de recarga para vehículos eléctricos a la vista del futuro que tienen los sistemas de transporte de este tipo. Participan en esta iniciativa los grupos asturianos Temper e Isastur, la Fundación Prodintec y el propio Ayuntamiento de Gijón, a los que se suman como colaboradores el Gobierno del Principado, el Ministerio de Industria, la Cámara de Comercio, la Universidad e Oviedo, la Autoridad Portuaria de Gijón, Banco Herrero, Suzuki, Arcelor, GAM y HC Energía. Igualmente, existen contactos con empresas como Fiat, Renault, Nissan y Going Green (líder nacional en la distribución de vehículos eléctricos).
Los coches eléctricos no son cosa del futuro, sino más bien del pasado
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