Tesla y BYD son los reyes actuales del coche eléctrico. Su disputa declarada por el poder está declarada. La disputa constante por la excelencia las ha llevado a liderar el último «Global Automaker Rating 2024/25«, informe elaborado por el Consejo Internacional para el Transporte Limpio (ICCT). Analiza el progreso de las principales automotrices hacia una movilidad cero emisiones.
En contraposición, los fabricantes japoneses, también famosos por sus vehículos compactos y tecnología de punta, tienen presente en los últimos puestos del ranking. Aparecen con un discreto porcentaje de coches eléctricos puros en sus flotas.
El informe tuvo en cuenta 21 fabricantes globales, cimentando sus criterios en aspectos como la proporción de vehículos eléctricos en sus ventas, la eficiencia energética, el uso de materiales sostenible y su compromiso con la innovación. En este contexto, ha surgido una información que podría complicar a Tesla, BYD y el resto de los fabricantes inmersos en la fabricación de piezas electrificadas.
Destapan una verdad incómoda sobre Tesla y BYD
Lo que está ocurriendo con Tesla y BYD en Europa es algo totalmente inesperado. Sin embargo, el escenario podría cambiar muy pronto producto del último gran descubrimiento de la Universidad de Stanford.
Un reciente estudio ha puesto de manifiesto que, a largo plazo, la aceleración ocasional y enérgica de un coche eléctrico es sumamente óptima para la salud de la batería. Hacerlo cada cierto tiempo puede extender la vida útil de la batería de los coches eléctricos.
Rompe el paradigma impuesto de conservar una conducción suave y constante. Para llegar a esta conclusión, los expertos estudiaron 92 celdas comerciales de baterías para coches eléctricos durante dos años. A su vez, hicieron simulaciones de 47 patrones diversos de conducción.
Algunos recreaban una conducción tranquila, otros imitaban un uso constante como el mantenido en las autopistas y también estaban quienes reproducían contextos más exigentes con aceleraciones fuertes y frenadas regenerativas.
Las baterías que soportaron un uso dinámico, que entremezclaba ciudad, autopista y aceleraciones ocasionales, duraron un 38% más que las piezas con un flujo constante y lineal.
La conclusión a la que BYD y Tesla no quieren que llegues: podría perjudicarlas
Traducido esto quiere decir que una conducción variada, no monótona, puede alargar la vida útil de una batería equivalente a recorrer hasta 313 800 kilómetros frente a los 227 000 kilómetros de una batería utilizada en condiciones constantes.
Este fenómeno se explica reparando en cómo las baterías responden a los impulsos de corriente de baja frecuencia. Se trata de breves ráfagas de energía como las que tienen lugar en el tráfico urbano o aceleraciones cortas.
Dichas ráfagas no dañan el sistema, sino que acotan el desgaste acumulativo que genera las corrientes constantes y prolongadas, como las de la conducción en autopistas. El análisis efectuó una medición del Estado de Salud (SOH) de las celdas hasta su Fin de Vida (EOL), fijado en un 85% de su capacidad.
El parámetro determinante fue la cifra de Ciclos Completos Equivalentes (EFC) que una batería puede ejecutar antes de llegar a ese punto. Cuantos más ciclos, mejor rendimiento a largo plazo.
Lo que se ha descubierto sobre los coches eléctricos complica a marcas como Tesla y BYD
La conclusión del estudio no es que los usuarios deban conducir de forma similar a los pilotos de carreras, sino que la variedad en la conducción es positiva. El equilibrio “perfecto” se da en trayectos mimetizados entre ciudad, carretera y tramos más activos.
Este nuevo conocimiento sobre los coches eléctricos “arruinaría” el negocio de marcas como BYD y Tesla porque los usuarios podrían aprender cómo estirar por más tiempo la batería de sus vehículos. Eventualmente, esto haría menos urgente la compra de nuevas piezas automovilísticas o reemplazo de baterías. Mientras tanto, China ya tiene “la próxima víctima” de los negocios de Tesla.