Los automóviles eléctricos son defendidos como una solución, así fuera parcial, a los problemas que implica la contaminación ambiental producto de la combustión de derivados del petróleo, sobre todo en zonas urbanas. También por lo que suponen de ayuda para evitar el agotamiento de los combustibles fósiles y aliviar los problemas políticos que rodean al tópico oro negro.
Incluso hay quienes creen, con cierta paranoia, que los fabricantes de coches y las petroleras actúan de modo directo para obstaculizar el desarrollo de estos vehículos. Afirmaciones que suelen tener mucha difusión y ninguna prueba, menos ahora que la industria automovilística está invirtiendo por fin cantidades importantes en el desarrollo del automóvil eléctrico ideal.
La realidad de los automóviles eléctricos
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