“Los expertos en energía pronostican que, de aquí a 13 años, se alcanzará el punto máximo en cuanto a la demanda mundial de combustibles de origen fósil a nivel del transporte, gracias al impacto de los coches eléctricos en el mercado automotriz y al aumento de la eficiencia, de los motores de combustión interna.”
Mas coches eléctricos, menos petróleo
Algunas firmas petroleras, como la Shell, creen que el pico podría llegar a principios de la década del 2030 o potencialmente, hacia fines de la del 2020, debido al crecimiento de la cantidad de coches eléctricos y vehículos híbridos, que se prevé resultará significativa.
Un nuevo informe realizado por de los analistas de la firma británica Wood Mackenzie, sugiere que la demanda global de este tipo de combustibles, especialmente de gasolina, llegará al máximo para 2030, puesto que los fabricantes de coches. se verán forzados por las regulaciones medioambientales, a producir modelos más eficientes.
El Reino Unido y Francia ya anunciaron, que eliminarán las ventas de nuevos coches que empleen gasolina y diésel, para 2040. China, que en la actualidad constituye el mercado automotor más grande del mundo, está considerando tomar una medida similar, que tendría un impacto más que significativo, en la demanda global de petróleo.
Los números son muy claros: de los 96 millones de barriles de petróleo que se consumen diariamente en todo el mundo, 60 se emplean en la fabricación de los diferentes combustibles, que se destinan el transporte, cifra que, según pronostica Wood Mackenzie, comenzará a descender en 2030.
La década del 2030 será la de los cambios
Alan Gelder, uno de los analistas sénior de Wood Mackenzie, explicó que, representada en un gráfico del tipo “campana de Gauss”, la meseta del consumo de combustibles, en especial la de la gasolina, se alcanzará pronto.
Esto sucederá, según Gelder: “porque las compañías petroleras ya han comenzado a hacer grandes recortes en las inversiones en refinerías y se está reduciendo el número de estaciones de servicio, al tiempo que crecen las instalaciones de puntos de recarga para coches eléctricos, en todo el mundo”.
Gelder sostiene que: “cada vez somos más eficientes en el uso de nuestra energía. Y a medida que las economías crecen, resultan menos dependientes del petróleo, por lo que, la importancia de esta fuente de combustible en la economía global, debería disminuir con el tiempo”.
También destacó que, para los gobiernos de los países que tiene una fuerte dependencia de los ingresos fiscales derivados de los impuesto sobre los combustibles, como es el caso de Reino Unido, Francia, EEUU, España y muchos otros más, la caída de la demanda de los mismos, planteará un desafío muy importante a nivel económico.
“Todo comenzó con las normativas en cuanto a la eficiencia energética, pero después del 2025 la producción y venta de coches eléctricos debería dispararse en todo el mundo, especialmente en los países más desarrollados”, explica Gelder.
“Si más ciudades se comprometieran a prohibir la circulación de coches que emplean diésel, como ya ha sucedido con Paris, Londres, Madrid, Atenas o Barcelona, se aceleraría la venta de coches eléctricos.
Esta aceleración, se traduciría en que para el 2030 (o quizá un par de años años antes), el porcentaje de adquisición de nuevos modelos de todo tipo de vehículos y coches eléctricos, debería superar el 10% del mercado total”, concluyó el analista.
Por otra parte, los analistas esperan que hacia 2035, la demanda total de petróleo se estabilice, ya que su crecimiento se verá afectado por las políticas orientadas a combatir el Cambio Climático y al desarrollo de economías de bajo carbono.