El presidente de la alianza Renault-Nissan, Carlos Ghosn, aprovechó la primera jornada de prensa del Salón de Tokio ayer para catapultar el interés que despiertan los coches eléctricos, principal alternativa a la hegemonía del petróleo. Durante la rueda de prensa, desveló también los planes inminentes de producción de la empresa, que pueden beneficiar claramente a la planta de la Zona Franca.Personaje que sienta cátedra siempre que realiza declaraciones, Ghosn expuso sus teorías sobre el futuro inmediato del sector de la automoción. En su discurso, detalló que Nissan contará muy pronto con cuatro vehículos eléctricos. El primero será el Leaf, un turismo compacto de cinco plazas con 160 kilómetros de autonomía, que se lanzará en Japón y Estados Unidos a finales del 2010. El segundo será una versión eléctrica del NV200, el vehículo comercial que se fabrica en Barcelona, con importantes ventajas estratégicas respecto a las plantas de Japón y China en las que también se monta. Más adelante llegará el Land Glider, un biplaza urbano con los asientos en tándem que se inclina en las curvas como si fuera una moto. El cuarto componente será un coche de lujo que llevará el emblema de Infiniti.Ghosn explicó que «los coches eléctricos han dejado de ser un sueño y mientras se sigue trabajando en el hidrógeno, una tecnología que todavía tendrá que esperar unos quince años, se plantean como la única opción viable para desarrollar modelos sin emisiones». Sus argumentos se sustentan en la necesidad de luchar contra el calentamiento del planeta, la polución atmosférica y el ruido en las ciudades.