Los avances tecnológicos permitirán que este cambio tan necesario hacia la movilidad eléctrica sea una realidad tangible. Gracias a ello, el mundo tendrá que adaptarse a convivir con la automatización, la IA, la robótica, la computación y la electrónica. Y si bien aún no se sabe cómo será el desarrollo real y final de estas innovaciones. Lo cierto es que, según los expertos, los próximos años nos depararán más de una sorpresa.
Dado que el transporte es el sector que más poluciona globalmente, la movilidad sostenible tiene cada vez más relevancia. Ante la necesidad de mover mercaderías y gente de manera cada vez menos contaminante. El transporte de personas puede ser tanto público como privado y la idea es que ambos resulten limpios, sostenibles y seguramente, con un mayor grado de automatización.
Un transporte público más adecuado
Algunos de los mayores desafíos a los que se deberá enfrentar el planeta en los próximos años son las cada vez más nefastas consecuencias del cambio climático, el crecimiento de las ciudades (muchas veces sin control ni planificación) y el envejecimiento poblacional. Las innovaciones en movilidad eléctrica tendrán que tener en cuenta los factores intrínsecos a estas problemáticas y darles cumplida solución.
Con esto en mente, el transporte público deberá adaptarse a las nuevas realidades de la movilidad eléctrica. Por lo que se espera que tenga gran versatilidad a la hora de hacer recorridos alternativos o de multiplicar el alcance de su cobertura. Que pueda mover volúmenes importantes de pasajeros con comodidad y eficiencia. Y que tenga en cuenta las posibles dificultades de la población, en cuanto a deterioro cognitivo y/o a dificultades o reducción de la movilidad.
Las tecnologías de punta estarán cada vez más al servicio del transporte, aportándole grandes facilidades. Como un aumento significativo en la flexibilidad, una optimización real en el uso de los recursos y un cambio relevante en la calidad del servicio. Con unos trayectos que no solo cumplan con los horarios, sino que colmen la mayor cantidad de expectativas de los usuarios.
El transporte en un futuro no tan lejano dependerá cada vez más de las interconexiones y de la capacidad de la tecnología de minimizar las pérdidas de tiempo y coordinar los viajes, con el fin de no malgastar ningún recurso. El hecho de que las personas pagan por la movilidad, por lo que exigen un servicio cada vez mejor y más eficaz. Por ello, la movilidad eléctrica tendrá un mayor impacto del que tiene en la actualidad.
Diversificación y colaboración en pro de la movilidad eléctrica
Los servicios deberán diversificarse, así que se espera que no solo se ofrezcan mayores opciones la hora de abonar los viajes. Si no que se prevé que toda la industria del transporte deberá colaborar estrechamente, si pretenden que tanto las infraestructuras como los servicios den como resultado un sistema de transportes sostenible, eficiente, limpio e inteligente.
Este tipo de colaboración, imprescindible para la implantación de la movilidad eléctrica, tendrá que apuntar, por ejemplo, a coordinar, planificar, implementar y controlar el tráfico urbano. Contando para ello con la participación activa de empresas públicas y privadas. Esto ya está ocurriendo en algunas ciudades pioneras, como es el caso de Rotterdam, pero su proyección deberá ser mundial.
Coches: electricidad y mucho más
La industria de los coches eléctricos crece y se desarrolla sin parar. Y se estima que, dentro del sector de la automoción, es una de las áreas en las que más se aplica la innovación y las nuevas tecnologías. Se espera que, en los próximos años, la cantidad de estos vehículos que circule por todo el mundo se multiplique de manera exponencial.
La industria automovilística no solo está comenzando a producir cada vez más modelos de coches híbridos, enchufables y otros vehículos eléctricos, sino que está aumentando la accesibilidad del gran público a los mismos.
Se ofrecen coches eléctricos con mayor autonomía, precios más competitivos y la posibilidad para individuos y empresas, de tener vehículos eficientes y no contaminantes. Algo muy necesario para dejar de emitir GEI y comenzar a revertir las consecuencias del calentamiento global.
Un paso inexorable hacia la movilidad eléctrica
El mercado automovilístico mundial venía acercándose inexorablemente y desde ya hace varios años al punto de inflexión, a partir del cual la movilidad sostenible y eléctrica solo podía crecer.
A ello se le suman los continuos avances e innovaciones en el campo de las infraestructuras, algo que resulta imprescindible para acompañar el necesario crecimiento de este sector. Movilidad eléctrica: grandes soluciones para grandes problemas.
Entre las medidas que se prometen tomar para promover la movilidad eléctrica están: la instalación de puntos de carga de baterías en lugares públicos, como son los aparcamientos de centros comerciales o entidades públicas o privadas (muchos de ellos sin costo), las facilidades para poner electrolineras en lugares estratégicos o las bonificaciones y descuentos en la compra de coches eléctricos.
Las cargas de las baterías podrían ser no solo sin contacto (de forma inalámbrica), sino que se está instrumentando que, paralelamente a estos sistemas, funcionen formas de pago automáticas. La tecnología ofrece innumerables opciones, para que la movilidad eléctrica sea no solo eficaz, sino cada vez más accesible y funcional.