Durante mucho tiempo, cuando pensábamos en un coche se nos veía a la mente uno que funciona con gasolina, pero lamentablemente aunque estos son bastante eficientes y fáciles de usar, contaminan enormemente nuestro planeta, por eso ahora ha llegado un dispositivo que acabará con ellos, logrando lo imposible. Quédate para conocerlo.
Adiós a la gasolina y la contaminación
Por mucho tiempo el coche de gasolina ha dominado el mundo y aunque los vehículos eléctricos (VE) prometen un futuro limpio, hay una razón principal por la que millones de conductores se resisten a hacer el cambio: la espera.
Llenar un tanque de gasolina toma solo cinco minutos, mientras que cargar una batería requiere mucho más tiempo. Esa diferencia en el tiempo de espera, junto con el miedo a quedarse sin batería son los únicos obstáculos reales que mantienen vivos a los motores de combustión.
El día en que cargar un VE sea tan rápido como poner gasolina, el coche tradicional quedará en el pasado y ahora, ese momento ha llegado. Una empresa británica se dio cuenta de que el problema no era la batería en sí misma, sino que nadie estaba gestionando bien su temperatura.
La solución al fin ha llegado
La solución no estaba en inventar un material nuevo, sino en diseñar un pequeño aparato que hiciera un trabajo imposible: controlar el calor al milímetro. La startup británica Hydrohertz ha creado el Dectravalve, una válvula inteligente que controla la temperatura de la batería por zonas independientes.
El logro es simple pero revolucionario, pues permite que un coche eléctrico se cargue del 10% al 80% en solo 10 minutos, lo que pone fin a la única ventaja real que le quedaba al coche de gasolina, así que muy pronto, les podremos decir adiós a estos coches, así como nos estamos despidiendo de los paneles.
El secreto, es que para que una batería funcione bien, necesita estar fresca. Los coches eléctricos de ahora intentan enfriar toda la batería a la vez, pero algunas partes se calientan mucho más que otras. A estas zonas las llamamos «puntos calientes».
Cuando la batería se calienta demasiado en esos puntos, el coche baja la velocidad de carga para no estropearse y durar más años. Es ahí donde aparece el Dectravalve: esta pequeña válvula inteligente enfría cada zona de la batería por separado.
La válvula logra que toda la batería esté casi a la misma temperatura, con una diferencia de solo 2.6 grados. Así, el coche puede cargarse a toda velocidad sin riesgo de calentarse, logrando cargar del 10% al 80% en apenas diez minutos.
Más kilómetros y baterías que durarán años
Pero la velocidad no es el único beneficio de tener una batería perfectamente controlada. Mantener las celdas a su temperatura ideal mejora su rendimiento general y segun Hydrohertz esto aumenta la distancia que recorres hasta un 10% más, dándote hasta 64 kilómetros extra por cada carga.
Esto es excelente porque no solo elimina el miedo a quedarte sin carga, sino que también hace que la batería dure más. Al evitar que se caliente demasiado, las celdas sufren menos daño por dentro y mantienen su capacidad útil durante muchos más años.
Esto es clave para nuestro planeta, ya que reduce la necesidad de tener que cambiar la batería antes de tiempo, ayudando a reducir residuos y lo mejor es su simplicidad, pues el Dectravalve es solo una válvula pequeña, controlada por un sistema digital.
Esto significa que puede funcionar con cualquier tipo de batería que se use hoy o en el futuro. Los fabricantes pueden ponerla en sus coches actuales sin tener que cambiar todo el diseño, lo que la convierte en una solución simple y lista para usarse ahora mismo.
El Dectravalve de Hydrohertz nos demuestra que el futuro de la movilidad no depende de un milagro químico lejano, sino de usar mejor lo que ya tenemos. Al resolver el problema del tiempo de carga y la autonomía, este pequeño dispositivo elimina las últimas excusas para seguir usando gasolina y nos demuestra que podemos tener coches amigables con el planeta, sobre todo ahora que están bajando los precios de los coches estrella.















