Los coches eléctricos llegaron a revolucionar la industria automotriz, prometiendo ser los coches del futuro, por lo que muchos países decidieron apostar por ellos, sin embargo, Alemania está tomando un camino diferente, dejando en el olvido a estos coches y apostando por un combustible totalmente diferente.
En búsqueda del coche perfecto
Desde que la industria automotriz comenzó a crecer, todas las marcas se han propuesto es el desafío de crear el coche perfecto, sin embargo, el termino ‘perfecto’ es algo muy subjetivo, ya que todos tenemos diferentes prioridades al momento de elegir un coche.
Debido a esto, muchos prefieren quedarse con el clásico coche de gasolina, ya que estos se recargan rápido y en cualquier lugar, pero, por otro lado, aquellos que se preocupan por el cuidado de nuestro planeta, han preferido cambiarse a los coches eléctricos.
Los coches eléctricos se destacan por no liberar gases contaminantes, sin embargo, como tardan mucho en recargarse, no son del agrado de todos, pero ¿Acaso no hay más alternativas? ¿Qué pasaría si se pudiera fusionar la comodidad de un coche de combustión con la sostenibilidad de un eléctrico?
Esta pregunta ha sido un gran desafío para todas las empresas, pues las invita a buscar un punto medio y eso es lo que quiere hacer Alemania, pero con un combustible completamente diferente y ya construyeron el primer motor, pero ¿De qué se trata?
El combustible del futuro
El protagonista detrás de esta nueva apuesta es el gigante alemán Bosch, quien estuvo trabajando desde 2016 para crear un motor de combustión que funciona con hidrógeno y es tan revolucionario como el motor que unió a Francia y Japón.
Bosch explicó que estaban trabajando en los componentes para un motor a hidrógeno que transforma este combustible directamente en energía, sin convertirlo primero en electricidad, pero lo más importante es que se alimenta de hidrógeno verde por lo que prácticamente neutro en carbono.
La empresa se unió a Ligier Automotive para construir un prototipo inspirado en el coche de competición Ligier JS2 R, que contaba con un motor de 3 litros biturbo preparado para utilizar hidrógeno mediante un sistema de inyección, proporcionando 563 caballos de fuerza y 650 Nm de par.
Y aunque las intenciones de un coche de carreras con este motor son diferentes a las de un coche de calle, esto sirvió para demostrar que los vehículos de altas prestaciones con motores de combustión pueden ser muy respetuosos con el medio ambiente, tanto en circuitos como fuera de ellos.
Bosch apuesta por el hidrógeno
A pesar del gran avance de los coches eléctricos en los últimos diez años, el hidrógeno sigue siendo un tema de interés para muchos lideres de la industria automotriz que ya han desarrollado modelos comerciales con pilas de combustible.
Empresas como Toyota, Honda y BMW aunque tienen modelos eléctricos, también tienen esperanzas en las pilas de combustible de hidrógeno, sin embargo, la ambición de Bosch va mucho más allá que una pila de combustible.
La marca alemana apuesta por un futuro donde el hidrógeno sea algo muy común y pueda ser utilizado para repostaje en coches híbridos de gasolina e hidrógeno, que podrían recargarse en las mismas estaciones que los coches con pila de combustible. ¡Y eso no es todo!
También planea invertir alrededor de 500 millones de euros al año en desarrollar y fabricar tecnologías de hidrógeno, desde pilas de combustible hasta electrolizadores para producir hidrógeno, piezas para almacenar hidrógeno a presión, calderas, cocinas a gas y pilas de combustible para diferentes usos.
Al parecer el gigante alemán tiene su apuesta muy clara y mientras otras marcas venden un coche eléctrico cada dos minutos, Bosch considera que el hidrógeno es el futuro y que con el se puede lograr el equilibrio perfecto entre un motor de combustión y un motor sostenible.