Mientras China busca negociar los aranceles para sus vehículos eléctricos, Europa está a punto de quedarse sin coches eléctricos en su propio territorio. Hay dos míticos fabricantes que han anunciado su cierre inesperado. De hecho, Europa no pasa por su mejor momento en cuanto a ventas. En agosto registraron su peor número de los últimos tres años con una caída del 18,3% y poco más de 640.000 coches comercializados.
Ha disminuido la venta de todos los vehículos menos los híbridos, dejando en una posición complicada a los automóviles gasolina, diésel y enchufables. Los modelos eléctricos puros han experimentado un fuerte retroceso que supera el 40%. Por otra parte, los usados siguen creciendo, al igual que su precio. Con 643.637 coches matriculados, ha sido es el peor mes desde que las ventas comenzaron a repuntar en 2022, según los datos aportados por ACEA, la patronal de fabricantes europeos.
Los mercados más importantes de Europa han recopilado unas cifras alarmantes. Por ejemplo, Alemania ha quedado con un –27,8%, Francia ha registrado un –24,3% e Italia un –13,4%. España también ha caído, pero de forma más tímida, con un 6,5% menos de ventas de vehículos nuevos.
¿Qué está pasando en Europa? Podría quedarse sin coches eléctricos
Volkswagen (Alemania) valora la posibilidad de despedir a 15.000 empleados y Dacia (Rumania) a 11.000. Las turbulencias automovilísticas se sienten más fuertes que nunca en Europa. Ambas compañías están comenzando a efectuar ajustes históricos de plantilla en pleno proceso de descarbonización. Los alemanes han provisionado entre 3.400 y 4.000 millones de euros para iniciar su reestructuración, que tendrá lugar especialmente en Alemania.
Un plan que adelanta la reducción de la demanda que viene en los años próximos y que representará el cierre de dos o tres fábricas, además del despido de alrededor de 15.000 trabajadores. Este escenario supone un fuerte golpe para Volkswagen, ya que no solo prescindirá de un gran número de empleados, sino también que también dejará de producir entre 500.000 y 750.000 unidades al año.
Oliver Blume, director ejecutivo de Volkswagen, asegura que entre las razones de la compañía para tomar esta decisión se encuentra la fuerte competencia que están ejerciendo los fabricantes chinos. Otro de los actores que se está resistiendo en el contexto actual es la marca rumana Dacia, propiedad del grupo Renault. La firma ha confirmado que en octubre comenzará un proceso de ajuste de plantilla, que incluye jubilaciones anticipadas y el despido de 11.000 trabajadores, el 8,5% del total de los trabajadores que tiene el fabricante en sus tres fábricas.
Dacia busca sacar mano de obra de las secciones que están pasando a ser automatizadas y digitalizadas, pero también de las que están bajando su actividad. Hay una sustancial reducción de la demanda en sus planes para los próximos años sin un recambio eléctrico estipulado.
Europa vive un momento difícil con sus coches eléctricos
Una transformación que Dacia desea afrontar en su planta de Rumania, pero está a la espera de la aprobación de una nueva ayuda del estado de 7,4 millones de euros para invertir en modernización que movilizará un total de 17 millones de euros. Demanda que el contexto europeo es propicio para que en 2025 se genera otra reducción en los límites de emisiones.
Es más, fue hace poco cuando Luca de Meo, el director general de Renault, alertó que la industria automovilística europea podría enfrentarse a multas por exceso de emisiones llegando al valor de 15.000 millones de euros. Estas multas tendrían que ver con la menor demanda de sus coches eléctricos y la tardía apuesta de los consumidores por los modelos híbridos.
Estos factores, unidos a la amenaza comercial china, ponen a Europa en aprietos en el mercado de los coches eléctricos. Un escenario al que se suma el hecho de que un país europeo está a punto de prohibir los vehículos eléctricos.