Corea enfrenta a China en el mercado automotriz con una fábrica que pretende ganar terreno con las baterías eléctricas. Mientras parecía que el gigante asiático tenía el control absoluto del mercado eléctrico, Corea del Sur ha ido efectuando cambios internos para liderar el cambio hacia la electrificación de su parque de automóviles. Así lo demostró el revolucionario motor de Corea que derribó incluso a Japón. El gobierno del país asiático está tomando medidas contundentes para acelerar un cambio drástico hacia la movilidad eléctrica.
Su estrategia puede resumirse en cuatro aspectos vitales: coches eléctricos baratos, baterías de electrolito sólido, desarrollo de la infraestructura e inversión en hidrógeno a gran escala. Fue a partir de 2020 cuando Corea del Sur comenzó a experimentar un incremento considerable en las ventas de los vehículos eléctricos. Las autoridades ya manifestaban en 2021 que se estimaba una reducción en el precio del coche eléctrico hasta 2025 de un mínimo de 10 millones de wones, es decir, alrededor de 7.400 euros.
El objetivo fijado por Corea es muy ambicioso, pero ya está trabajando para alcanzarlo. En 2020, el cómputo total de automóviles “verdes” que circulaban por sus carreteras fue de unas 200.000 unidades. El plan es que esta cifra ascienda hasta las 2,83 millones de unidades. Ahora, en 2024, la atención se centra en una marca de Corea que está dispuesta a enfrentar al mercado automotriz chino.
Las fábricas chinas no tienen nada que hacer contra esta propuesta de Corea ¿o sí?
La compañía coreana Hyundai busca ganar la batalla contra la firma BYD en su propio terreno y está investigando cómo fabricar las mejores baterías LFP del mundo. El mercado chino ya se posiciona como la gran fábrica del planeta. Es allí donde surgen todo tipo de artículos que resultan irresistibles por sus precios, desde pequeños artefactos de uso cotidiano hasta los sistemas tecnológicos más avanzados, incluyendo los coches eléctricos y los sistemas adheridos, como las baterías.
Este escenario ha colmado la paciencia de los dos principales fabricantes de Corea del Sur: Hyundai y Kia. Es por eso que el conglomerado coreano tiene en agenda el desarrollo de una revolución que acabaría con la dependencia global de Asia. XPeng, NIO o Leapmotor son empresas chinas que ya resultan familiares en los conductores de todo el mundo, aunque hay otras que se han ganado el respeto del sector por la mayordomía de las baterías: CATL y BYD.
La primera se ha dedicado a químicas basadas en litio y la segunda ya está constituida como el mayor fabricante de baterías LFP (litio ferrofosfato) del mundo. Las vende por medio de su filial FinDreams. La industria alberga una gran dependencia a estas dos marcas, algo con lo que Corea pretende acabar. El Grupo Hyundai ya está trabajando en la creación de nuevas baterías LFP con las que abastecer a sus futuros coches eléctricos.
Las pilas FLP tienen un rendimiento algo menor que las habituales de iones, pero duran más y su proceso de producción es más económico. El objetivo de los coreanos es la creación de baterías con una densidad energética cercana a los 300 kW/kg. Actualmente, las mejores baterías FLP del mundo logran una densidad energética cercana a los 200 kW/kg.
Corea tiene un plan para aniquilar al gigante asiático en su propio terreno
Estas baterías de alta capacidad y bajo coste suministrarán la energía para los vehículos de acceso a la gama. Hyundai y KIA buscan bajar los precios de venta y para ello necesitan gastar menos en las baterías. Todavía continúan siendo lo más caro a la hora de desarrollar un coche eléctrico. Siguiendo esta línea, el pasado mes de junio, el director ejecutivo de Hyundai Motor, Chang Jae-Hoon, expuso que existiría una inversión de 7.300 millones de dólares destinada a la tecnología y la creación de baterías para coches eléctricos durante la próxima década.
Con estos datos, queda claro Corea enfrenta a los chinos por el mercado automotriz y busca ganar terreno con la batería eléctrica. Un hito que podría superar al combustible inventado por Corea que todavía no se conoce en España.