El fin de la gasolina podría estar muy cerca, sobre todo después de un anuncio apoteósico. Es de público conocimiento que el petróleo, recurso no renovable, en algún momento se agotaría. Por este motivo, se buscan nuevos tipos de combustible para impulsar los diferentes vehículos.
Contexto que se suma al hecho de que los combustibles fósiles contaminan. Bajo este marco, el hidrógeno es una de las opciones que se barajan en la industria. De hecho, ya hay vehículos que funcionan con este vector energético. Es el caso del Toyota Mirai.
La principal ventaja de estos vehículos es que solo desprenden vapor de agua, no gases contaminantes a la atmósfera. Otra opción que valora el sector es el etanol. Se trata de un componente obtenido por medio de materia orgánica.
Corresponde a un oxidante de la gasolina, mejora su octanaje, contamina menos las ciudades y acota los gases de efecto invernadero. También se contempla el uso del Gas Natural Comprimido (GNC), compuesto en su mayoría por gas metano.
El fin de la gasolina se acerca: esta es la prueba
El mundo quedó sin palabras ante el país que toma los motores de gasolina como desechos. Es una demostración más de que la gasolina podría ir quedando en el pasado para dejar paso a las nuevas tecnologías. Por ahora, la electricidad se ve como la opción más apropiada para desprendernos de los vehículos de gasolina.
Wood Mackenzie publicó hace poco su Electric Vehicle (EV) Charging Infrastructure Forecast. En este informe, plasmó que los puntos de carga de VE progresarán a un ritmo del 12,3% entre 2026 y 2040. Llegará así a un total de 206,6 millones de puertos en términos globales.
El mercado de carga residencial continuará siendo el segmento dominante, con 133 millones de puertos a nivel global para 2040. Para lograr esta instancia, se estima que el gasto anual global en infraestructura de carga de vehículos eléctricos aumentará a una CAGR del 8%.
Esto en el periodo comprendido entre 2026 y 2040, ascendiendo a $300 000 millones. Asia-Pacífico tiene el título de líder en la expansión internacional. China conserva su dominio sobre la infraestructura de carga pública.
La electricidad sigue avanzando en Asia-Pacífico y América: adiós a la gasolina
La previsión es que esta región contemple una progresión de alrededor del 10% en la carga en corriente continua entre 2025 y 2040. Los segmentos públicos L3 y residenciales L2 son los que harán una representación del mayor gasto anual en CAPEX para 2040. Será con $54 000 millones y $33 000 millones, de forma respectiva.
Por su parte, India es un mercado que sigue en crecimiento, con sus cargados rápidos en corriente continua (DC). Se espera que estos hagan un pase de 14 000 a 1.1 millones para 2040. Pese a los desafíos, América reporta una importante resiliencia, con el segmento público DCFC en Estados Unidos.
Sostiene una sólida tasa de crecimiento anual del 14% entre 2025 y 2040, llegando a los 475 000 puertos y produciendo $3.3 millones en el valor del mercado anual para 2040. El pronóstico para América del Sur es el de un crecimiento acelerado.
La carga residencial se expandirá a una tasa compuesta anual del 22%. Al mismo tiempo, el mercado de VE busca estar a la par que América del Norte. El segmento residencial L2 obtendrá el control del CAPEX regional con $11.2 mil millones para 2040.
Europa y Oriente Medio también podrían despedir la gasolina pronto
Europa y Oriente Medio evidenciaron un considerable impulso. Producto de los cargadores públicos europeos aumentando a una tasa de 11.3% de CAGR hasta 2040. Se encuentran liderados por la expansión de cargadores DC con una CAGR de 13.7%. El rubro residencial comprenderá 57 millones de cargadores AC para 2040.
En paralelo, la carga comercial subirá a una tasa de 12% CAGR. Arabia Saudita marca la diferencia con un imponente progreso de 29% en la carga pública DC, apoyado por ambiciosos proyectos gubernamentales. De cara a 2040, la región EMEA tendrá por delante un gasto anual de $14 000 millones en carga pública y $30 000 millones destinados a infraestructura residencial.
Con el esparcimiento de cada vez más puntos de carga eléctrica, se acelera el fin de la gasolina. Mientras esto sucede, advierten de que esta podría ser la gasolina del siglo XXI.